Dos decisiones del catalán David Medié Jiménez condicionaron claramente el resultado del DerbiDerbi aunque especialmente una. Ocurrió en el minuto 63 cuando Coke remataba de cabeza a la red un saque de esquina con absoluta claridad, pero para sorpresa de todos en mestalla el colegiado anulaba el tanto. ¿Por qué? Solo hay una explicación lógica. Delante de Coke se produce un contacto de Gabriel que por detrás derriba a su propio compañero Gayà, algo que debió confundir con un derribo por parte de un jugador del Levante señalando falta y anulando el gol. Para colmo, en la jugada siguiente del 1-2 se pasaba al 2-1 con el gol que lograba Vietto para el Valencia. El desenlace no podía ser más injusto para el conjunto granota, al que privaron de llevarse como mínimo un empate de Mestalla.

Hasta ese momento, entre el minuto 63 y el 65, casi todo lo trascendente había ocurrido también en menos de dos minutos, los que pasaron entre el testarazo de Mina que suponía el 1-0 y el remate con la pierna izquierda de Postigo que volvía a igualar el marcador. El primero del Valencia CF, que ya venía avisando, llegaba superado el minuto 16, cuando el gallego remataba de cabeza un saque de esquina a la red. En la jugada siguiente, otro córner esta vez en el área local lo iba a aprovechar el Levante para empatar de nuevo el Derbi.

La diferencia entre uno y el otro, además de ese minuto y medio, es que Mina tuvo que pelear para hacerse sitio y rematar, mientras Postigo entraba totalmente libre en el área y remataba a placer, como si de un entrenamiento de fútbol tenis se tratase. Tras haberse adelantado, el equipo de Marcelino volvió a pagar muy cara la falta de concentración y tensión defensiva, un problema que nunca se acaba por mucho que el técnico asegure una y otra vez que es el gran problema que han e atajar.

Todavía en la primera mitad los dos equipos tuvieron alguna opción para aumentar su marcador. El Valencia CF especialmente en una acción de Mina a centro de Gayá en la que el delantero se adelanta y sorprende al meta tocando con la punta de la bota un balón que el meta esperaba, y que por fortuna para él se marchó por arriba tras tocar en el larguero. Antes, en el 30, una contra conducida por Ivi acabó con disparo del extremo ante Neto que lograba bloquear en última instancia Montoya.

El Valencia había sido ligeramente superior, Carlos Soler llegaba bastante suelto por la derecha, Vietto trazaba diagonales, más vigilado Guedes por la otra banda, aunque a la hora de la verdad le volvía a faltar la efectividad que no acaba de encontrar. Aunque el Levante no se arrugó en ningún momento y hasta se hizo durante algunos minutos con el control, con un buen trabajo en la medular de Doukouré y Lukic.

El dominio del Valencia CF se fue haciendo más evidente tras el descanso, algo con lo que el Levante UD tampoco parecía encontrarse incómodo. El propio Postigo había tenido el segundo en sus botas, que no entró porque Kondogbia rechazó a córner. Poco más reseñable de hecho en las áreas hasta ese fatídico minuto 63 en que el Derbi quedaba claramente tocado por la polémica. Muñiz no se lo podía creer, daba la espalda al terreno de juego por un momento para celebrar el tanto de Coke y, cuando se daba la vuelta, era prácticamnente el Valencia el que había marcado el segundo.

Fue una jugada conducida por Carlos Soler cuyo disparo repelía en corto el meta dejándolo a las piernas de Mina, que lo pelea hasta que Vietto se lo lleva para marcar a puerta vacía. El golpe anímico para el Levante fue terrible y de ahí hasta el final el Valencia pudo haber goleado, lo que hubiera sido todavía más injusto. Mina tuvo dos ante Oier, una la estrellaba en el palo y la otra la sacaba el propio guardameta.

El 3-1 llegaría cerca ya del 90 y sería de penalto, después de que medié interpretara en un choque en el área entre Zaza y Róber Pier que el defensa derriba al italiano. Viendo la imagen parece más bien al revés, es Róber el que llega primero y saca el balón y zaza el que impacta. Otra decisión que perjudicaba gravemente al Levante y que significó el tercero para el Valencia, que rompía una racha de seis derrotas consecutivas aunque bien pudo no haber sido así.