Gonçalo Guedes y Carlos Soler Carlos Soler son un elemento diferenciador en este Valencia CF. Marcan la diferencia. Marcelino García Toral los juntó de nuevo en un once titular casi tres meses después. No habían coincidido de inicio desde hacía 74 días. Curiosamente fue en aquel Valencia-Barcelona de Liga del 26 de noviembre en Mestalla. La mezcla del portugués y el canterano en el césped fue explosiva. Potenciaron el fútbol de todos sus compañeros y generaron ocasiones con la verticalidad y el desborde que les había pedido el entrenador toda la semana en la ciudad deportiva de Paterna. El equipo recuperó veneno en las bandas.

Los dos fueron el mejor enlace entre el doble pivote Kondogbia-Parejo y la pareja de delanteros Vietto-Mina, filtraron balones por dentro, abrieron el campo y galoparon a la contra con una velocidad endiablada. Esa chispa que tanto se echó de menos el equipo en los últimos meses de competición. Y todo con solidaridad en la presión, repliegue y ayudas a los laterales. El Valencia sólido de las transiciones que maravilló en la primera vuelta son ellos. Guedes y Soler dan alas. Tantas como para romper la racha de seis derrotas consecutivas y seguir siendo un firme candidato a luchar por la Champions League.

«¡Guedes, Guedes, Guedes!». Así reaccionó Mestalla después de uno de sus eslalons vertiginosos. El luso levantó a la afición de sus asientos cada vez que cogió su moto ´Ducati´ y puso en jaque a la defensa granota. El portugués dio todo un recital de regates, cambios de ritmos y juego con las dos piernas. Dejó su sello de su calidad en la primera mitad con un control de pecho y un toque de calidad para la progresión de Gayà que acabó en remate al larguero de Mina. Aunque para aplausos los que se llevó después de sortear a dos defensas del Levante picando el balón sutilmente por encima de ellos. Un auténtico lujo, en plena sexta marcha, al alcance de muy pocos. Gonçalo tiró diagonales y probó desde fuera del área.

En la segunda parte, con más espacios, se desbocó y sacó su mejor repertorio al servicio del equipo y de Santi Mina.Santi Mina Le dejó solo después de una carrera de cincuenta metros que fue frenada por Postigo -mereció tarjeta naranja- y que acabó en remate al palo de Santi. Minutos después el luso filtró un pase para que el delantero gallego se fabricara un mano a mano con Oier con autopase incluido.

La mejor jugada y más decisiva, eso sí, llegó de las botas de Carlos. Corría el minuto 65. Arrancó pegado en la banda izquierda, se apoyó en una pared con Vietto, dribló a Postigo y Luna y disparó a puerta con un derechazo. Oier le sacó una mano espectacular, pero el rechace, luchado por Mina desde el suelo, acabó en gol del propio Vietto. Soler disparó dos veces más, ayudó a Kondo y Parejo en la salida de balón y fue esa transición en la zona de tres cuartos que tanto echaba en falta el equipo.

El juego exterior también brilló con la aportación de José Luis Gayà. El de Pedreguer no solo se contentó con frenar a Morales en tareas defensivas. También se sumó al ataque y dio una de las mejores asistencias a Santi Mina. La que acabó en el larguero. El ´14´ volvió a estar de diez.