Si el fútbol es un estado de ánimo, la Real Sociedad está hundida. Salzburgo era una final para el equipo de txuri urdin y la sensación de colapso e incapacidad cundió casi siempre. También ocurrió en Anoeta la semana pasada. Eusebio se presentará en Mestalla en el momento más bajo de su ciclo en San Sebatián. Tres días tiene para buscar la reacción en una plantilla consumida al límite por lo sucedido en la Europa League, la gran ilusión de la temporada. El último objetivo. En LaLiga han quedado en tierra de nadie. Tras 95 minutos de máximo desgaste físico (en un terreno de juego blando y pesado) y con el golpe emocional de la eliminación a lomos, a la Real sólo le queda la categoría individual de futbolistas como Odriozola, Illarra, Zurutuza, Oyarzabal o Januzaj, con esa suma pasaron por encima del Levante.

Los donostiarras están desconfigurados. La recta final ante el campeón austriaco fue una muestra de incapacidad y dudas, empujó por orgullo, pero sólo en el tiempo añadido. El Salzburgo fue más. Por físico, idea de juego (táctica) y mentalidad. Lo dicho, a la Real no le queda mucho margen para reaccionar.

Ritmo alto y velocidad

Los de Eusebio arrancaron bien (con un remate al larguero de Oyarzabal), pero en la primera llegada clara por banda derecha, un buen centro cruzado de Lainer terminó en gol de Dabbur. El despliegue de la dupla Xaver Schlager-Samassekou (mediocentro), la calidad de Haidara (interior) y la acción constante de los puntas Hwang Hee-Chan más Dabbur fue insoportable. La entrada de Valon Berisha por banda en la recta final terminó dinamitando la eliminatoria. La expulsión de Raúl Navas fue definitiva. El plan de Marco Rose y su estructura (4-4-2) tiene puntos en común con el Valencia: pocos toques, ataqué rápido, control de las transiciones. Es una referencia.

Golpe ante 2.000 aficionados

El plan de la Real terminó diluido. Sin pegada y con los problemas habituales para organizar su estructura defensiva y dominar las transiciones; terrible en el repliegue. El equipo de Eusebio no tuvo respuesta física, táctica y técnica para hacer daño de verdad. El gol del empate llegó a balón parado. La Europa League era la apuesta, el viaje de aficionados fue tremendo. "Ha sido muy duro", dijo Agirretxe. "Es un momento difícil, sólo podemos pedir perdón a la afición", dijo Álvaro Odriozola.