La victoria frente al Real Betis (2-0) dejó una sonrisa más amplia en el rostro de Marcelino García Toral de la que había mostrado en las últimas semanas, donde el equipo también había cosechado resultados positivos. Esta vez el Valencia CF recordó al equipo sólido, ordenado y letal del primer tercio de la Liga. Las mejoras progresivas en defensa del mes de febrero cristalizaron perfectamente en un bloque blanquinegro que consiguió cerrar la portería después de 14 jornadas consecutivas de Liga encajando goles. «Hoy estamos muy satisfechos por la victoria y también por el juego que ha desarrollado el equipo», dijo un sonriente Marcelino a los micrófonos de ‘BeIn Sport’.

El Valencia, a la postre, ha sacado los seis puntos en disputa ante un Betis al que ha marcado en 180 minutos ocho goles, más que a ningún otro. Como sucedió en la primera vuelta, en esta vigésimo séptima jornada Marcelino se impuso claramente en la partida táctica de los banquillos a Quique Setién, el técnico por el que había apostado en verano José Ramón Alexanko, desde finales de septiembre ex director deportivo de la entidad de Mestalla. Pese a lo sonado de la goleada en el Benito Villamarín (3-6), el míster asturiano este domingo acabó mucho más contento con la labor de los suyos que allá por mediados de octubre.

El resultado de 2-0 se convirtió en el fiel reflejo de un Valencia más equilibrado, intenso y concentrado que en aquella jornada 8 y, sobre todo, que a lo largo de la segunda vuelta de competición. A los valencianistas no les importó ceder en un 60% la posesión del balón al Betis. Las ideas de lo que pretendía el equipo estaban totalmente definidas durante la semana. Cuando los béticos osaron a pisar terreno sensible la presión valencianista se los comió. Al mando de un colosal Geoffrey Kondogbia, su sola presencia apagaba las luces a los sevillanos por el medio.

Asimismo, el Betis tampoco halló mejor fortuna en sus intentos de escaparse de Kondogbia hacia las bandas. Ahí Montoya y, especialmente, Gayà cerraron los caminos con intensidad y seriedad. Precisamente, el de Pedreguer inició la veloz jugada del 1-0: oxigenó hacia Guedes, este levantó la cabeza y lanzó para la carrera de Rodrigo, que reventó a una temeraria línea de tres centrales. Rodrigo rescató con un recorte y un obús imparable la efectividad de los mejores días.

El Valencia, concentrado en los detalles, dificultó la salida de pelota de los de Setién. Un aspecto en el que Kondogbia se coronó, en uno de sus robos en campo rival nació el 2-0 de Zaza a pase del ‘16’. Restaban 40 minutos en los que todo el bloque ayudó a centrales y portero, dando una lección defensiva, por el ansiado objetivo: portería a cero.