A solo tres días de la gran 'final' por la Champions de la próxima temporada en el Sánchez Pizjuán, Marcelino prepara un auténtico bombardeo al Sevilla. Cualquiera lo diría después de comprobar la intensidad y la rotundidad de los mensajes que lanzó a sus futbolistas durante el transcurso del entrenamiento en Paterna.

La brecha con los de Nervión, cifrada en ocho puntos más el golaverage antes del comienzo del partido del sábado, brinda al Valencia Valencia la oportunidad de dar un golpe casi definitivo por las aspiraciones de la temporada. Si en los dos primeros tercios de la temporada el cuerpo técnico tenía prohibido a sus jugadores mencionar la Champions entre los objetivos del equipo, el Valencia se ha destapado y tiene la competición de las estrellas entre ceja y ceja.

El empate con el Sevilla podría valer porque sería sumar y que descontar una jornada de campeonato lo que supondría un boquete en las expectativas de Montella, pero el equipo está convencido y quiere los tres puntos. Para ello será necesario marcar goles. Y esa fue precisamente la palabra más repetida en el entrenamiento. Lo dijo Marcelino, muy clarito, a sus futbolistas: "Tenemos que marcar más goles".

Sucedió en un ejercicio en el que el cuerpo técnico midió la capacidad competitiva de los jugadores que no participaron o fueron suplentes ante el Betis en dos contra uno y uno contra uno. Robar, regatear y resolver cara a portería. El nivel de energía desplegado sobre el césped del campo número siete de Paterna fue espectacular. Los jugadores mordían en cada acción y el técnico acompasaba cada movimiento con indicaciones, la mayoría positivas, buena prueba de su nivel de satisfacción con el trabajo realizado.

Sin embargo, también tuvo Marcelino tiempo para apretar a los suyos con el objetivo de que incrementaran su acierto. "Goles, goles, quiero goles", "¡tenemos poco gol!" o "¡no recuerdo goles más allá el de 'Simo' y el de 'Lucho'!", fueron algunas de las frases que resonaron en el cuartel general de Paterna, refiriéndose esta última a Zaza y Vietto, protagonistas de dos tantos, ambos de bella factura.

El italiano, sin embargo, se gustó con un intento de vaselina que detuvo Jaume de forma providencial. Marcelino debió detectar relajación a la hora de definir y le dio un apretón: "¡pero 'Simo' ahí reviéntala, no hagas eso!". Después, ambos se fundieron en un abrazo. El partido ante el Sevilla es crucial y hay que marcar como sea. Más, tras confirmarse la baja de Santi Mina, que tiene una lesión en el bíceps femoral y que aunque no está descartado para el partido ante el Alavés -aunque su concurso es complicado y el foco está puesto en volver ante el Leganés tras el parón- su baja implicará perder al jugador más en forma del ataque en el encuentro más determinante.

Invitado de excepción

En otro orden de cosas, Pablo Longoria, nuevo director del área técnica, presenció ayer por la tarde a pie de campo el entrenamiento del Valencia. Su fichaje se oficializó hace unos días, vio el partido del filial, estuvo en Mestalla y no ha querido perder detalle del trabajo de los hombres de Marcelino. Longoria está empapándose de todo lo que sucede en el día a día del club.