Rodrigo, Parejo, Gayà y Montoya. SUPER desvelaba el lunes que el Valencia CF había recibido una comunicación por parte de la RFEF en la que se informaba de que los cuatro han sido incluidos en la prelista para los amistosos ante Alemania y Argentina previos al Mundial. El caso de Martín quizá es el que más puede llamar la atención. Su nombre no es nuevo en los planes de la selección, ya fue incluido en las anteriores. Sin rendir a su mejor nivel, Montoya aparece en el radar de Lopetegui. Estos son algunos motivos.

Hay una realidad indiscutible. Y es que si en su primera temporada se confirmó como uno de los valores más sólidos y regulares del equipo con su mejor versión desde que salió del Barça, este año está siendo complicado. "Me está costando un poco más pero siempre quiero trabajar, intentar aportar y la actitud en mí nunca va a faltar. Tengo la confianza del míster y del equipo técnico, estoy trabajando bien, aunque haya partidos que no me han salido como a uno hubiera querido", admitía tras su partido ante la Real, donde intervino en los dos goles del Valencia. Mientras el equipo ha incrementado su nivel respecto al curso anterior, el salto que todos le adivinaban esta temporada queda pendiente. Entran en juego varios factores y el principal quizá sea la confianza. El modo de entender el fútbol de Marcelino -le obliga a guardar más su posición por si hay pérdidas en el centro del campo- a veces tampoco le beneficia porque sus mayores virtudes, además de la consistencia física, pasan por la salida limpia, la capacidad asociativa y una zancada que puede dar vuelo.

Defensivamente ha salido demasiado en la foto. Ha tenido fallos, es obvio, pero en el error, por encima de escabechinas, también cabe el análisis. El gol de Jordi Alba en Mestalla, con un pase a su espalda por parte de Messi, fue una genialidad. El penalti sobre Benzema ante el Madrid viene de un error colectivo en el cambio de marcas tras un cambio de orientación de Kroos que agitó toda la estructura. La moviola lo saca del foco, por ejemplo, en dos de los casos que más se le han achacado. La competencia, además, tampoco le ha ayudado: ninguno de sus recambios ha demostrado estar a la altura. Ni siquiera Vezo, que últimamente está siendo la alternativa. Pero si uno acude a la estadística se encuentra al ‘21’ destacado como el tercer lateral derecho mejor valorado de la Liga por detrás de Sergi Roberto y Versaljko. En todos los apartados del juego -tackles, recuperaciones, porcentaje de acierto en el pase, regates o asistencias- está bien posicionado.

El fútbol es un deporte colectivo y aunque mandan los solistas, el nivel de muchos jugadores está sujeto a dinámicas y todo tipo de variables. ¿Cómo rendiría Sergi Roberto en el contexto del Valencia? ¿Y Odriozola en el Barça? ¿Y este Montoya, sin un Alves que tapone su progresión y sin un Luis Enrique que no crea en él? El fondo de la cuestión es que por encima de estas variables el entramado técnico de la selección española conoce a la perfección sus condiciones y lo pondera como tal. Lo más probable es que no vaya a Rusia pero sí está considerado como cuarta o quinta alternativa -Carvajal, Odriozola, Sergi Roberto o Azplicueta parecen estar por delante- en una prelista de 42 jugadores gracias al bagaje demostrado en su extraordinaria trayectoria en las categorías inferiores.

Fue convocado siendo del filial

El fútbol solo conjuga el presente pero en la RFEF ese es un aspecto que cuenta. Fijo desde la Sub-17, en Las Rozas siempre vieron en Montoya el lateral del futuro de la Roja, al punto que fue convocado por Del Bosque con la absoluta cuando ni siquiera había debutado con el primer equipo del Barça, algo insólito. Fue Lopetegui quien confió en él como titular por delante de Carvajal en todos los partidos -salvo uno, intrascendente ante Holanda, cuando España estaba clasificada- del Europeo Sub-21 de 2013 que se ganó en Israel. De aquella generación de Thiago, Illarra, Rodrigo, Morata, De Gea o Isco y compañía solo queda él por debutar.