Ezequiel Garay conquista sin hacer ruido. El argentino está completando una temporada importante, su rendimiento y su tono competitivo están consolidados como garantía, aunque no le acompañan los titulares luminosos de otros compañeros. Para Marcelino no hay tanto debate: es titular... siempre que el físco acompaña. En plena madurez (31 años), las lesiones son la única duda. Garay es el central del control, de la estabilidad, de la sencillez y de la formalidad. Comete muy pocos errores, virtud fundamental en la posición que desempeña. Garay tiene huella Champions en su memoria competitiva y eso es un plus de cara a la próxima temporada. Ya no es el zaguero total que explotó en el Racing para llegar al Real Madrid o marcaba la diferencia en Portugal para Benfica, ahora expresa su juego de manera diferente, tiene otras cualidades, con valor reconocible en el equilibrio de la plantilla.

Adaptado al club, cómodo en la ciudad, el argentino se ha convertido -por carácter- en el complemento perfecto para Gabriel Paulista o Murillo, mucho más impetuosos, más espectaculares. Garay mide y fija; interpreta un rol de protección posicional mientras el brasileño y el colombiano muerden en el tackle o se baten en todo tipo de duelos a campo abierto. Pausa con velocidad. La mezcla ha funcionado. Marcelino ha comprendido su personalidad y el defensa ha agradecido el marco de alto rendimiento que ha elevado el cuerpo técnico.

Garay es otro de los jugadores que han dado un salto en su rendimiento respecto a la temporada pasada. Tanto, que se habla de su posible vuelta a la selección argentina para el Mundial de Rusia. La Albiceleste jugará en el Krestovsky ante Nigeria, nueva casa de 'su' Zenit de San Petersburgo y debutará ante Islandia en el Otkritie Arena, estadio del Spartak de Moscú, un club que intentó su fichaje el verano pasado. Estuvo cerca, pero Garay prefirió mantener su compromiso con el Valencia; renunció a un buen contrato en el campeón ruso, a las órdenes de un entrenador emergente (el italiano Massimo Carrera) y en un balompié donde es reconocido como estrella. Dijo «no» a la Liga de Campeones para ganar esa posición en Mestalla. En agosto de 2016, el Valencia invirtió en él más de 25 millones de euros y tiene contrato hasta 2020, CIES Football Observatory fija su valor de mercado en torno a los ocho millones... Salvo propuesta bomba, el mejor retorno pasa por seguir exprimiendo su fútbol.

Tranquilidad para competir

En los partidos importantes, Garay. Para Marcelino es una garantía y lo demuestran los hechos. Es el central que menos ha girado en la rotación de zagueros que tan buen resultado generó, mientras todos estuvieron libres de lesiones. Sus condiciones -capaces de captar la atención de los súper grandes de Europa- le han asentado como un seguro en el despeje; como pieza clave para reforzar el sistema antiaéreo en centro lateral, uno de los puntos flacos del Valencia. Conoce perfecto sus limitaciones y donde se hace fuerte: pocas faltas (sólo tres amarillas), puntualidad en el bloqueo, seguridad para salir jugando en corto. Sin excesos, buscando soluciones prácticas. El único descosido importante lo ha sufrido ante Luis Suárez; en el partido de vuelta de Copa, en la acción que terminó en el gol de Coutinho. El valencianista saltó a la banda para cubrir un desajuste y ahí quedó expuesto como carne de cañón ante un depredador tremendo como Suárez, lanzado en carrera. Pese a todo, el argentino pierde pocas veces la compostura, completa a sus compañeros y viceversa. La temporada pasada hizo cuatro goles y eso impulso su valor en datos. El mejor zaguero por rating estadístico es Murillo. Las sensaciones consolidan a Garay como el central más estable.

¿Vuelta a la selección de Argentina?

La prensa argentina ha puesto el nombre de Ezequiel Garay sobre la mesa. Según diferentes medios, el valencianista está en la agenda de Jorge Sampaoli y su convocatoria de cara el próximo Mundial de Rusia es una posibilidad viva. La derrota (6-1) ante España ha marcado varias carencias, una de ellas es el eje de la zaga. Marcos Rojo y Funes Mori no convencen. Germán Pezzella (Fiorentina), tampoco. Nico Pareja es una incógnita y Emanuel Mammana está lesionado de gravedad. Así, Sampaoli sólo tiene a Otamendi y Fazio como figuras de primer nivel. Garay tiene la trayectoria y el rendimiento de su parte.

Garay no juega para Argentina desde el 9 de octubre de 2015, cuando el equipo que dirigía Tata Martino cayó 2 a 0 ante Ecuador en las Eliminatorias. Después, la crisis ha distorsionado todo, con una supuesta convocatoria rechazada por el central de por medio. Situación que fue desmentida por Garay con contundencia. Sus palabras fueron claras en una entrevista para El Desmarque, donde insistió en que «Argentina siempre es un sueño».