«Hemos visto que es posible. Si la Roma pudo nosotros también». La debacle del Barça en la Champions no ha hecho más que reafirmar una sensación que anidaba desde hace tiempo en el vestuario del Valencia CF. No es optimismo, es convicción. La autoestima del equipo está más fuerte que nunca y Marcelino tiene un plan para asaltar el Camp Nou. El técnico asturiano se encerró con sus futbolistas en el Estadio Antonio Puchades, el único de los 14 campos de fútbol que tiene de la Ciudad Deportiva de Paterna que cuenta con muros en sus cuatro costados, con el objetivo de resguardarlos del fuerte viento -un elemento que está condicionando últimamente los entrenamientos- y especialmente protegerlos de los focos de la prensa a dos días del partido ante el Barça. El asturiano sabe que para tener opciones de ganar al Barça hay que tener controlado hasta el más mínimo factor y extremo los cuidados en la estrategia para el partidazo.

Ya varió su sistema de juego contra los de Valverde en el último partido en el que se enfrentaron los dos equipos y aunque parece que esta vez -sin Coquelin, la pieza que le aseguraba la contención- apostará por su once de gala quiso esconder sus cartas en la sesión del jueves, habitualmente la más táctica de la semana. El técnico prepara algo y quiere que sea secreto. En este sentido, dosificó a Carlos Soler, que arrastraba una ligera molestia aunque su participación no corre peligro, y probó con Ferran Torres en la derecha. Quiere que el primero llegue descansado y que el segundo esté preparado para saltar al césped en caso de que sea necesario, como ya ocurrió en las semifinales de la Copa. La novedad de la mañana, más allá del control de esfuerzos de Soler, fue la vuelta al grupo de Gabriel Paulista. El brasileño, uno de los soldados más abnegados que tiene el técnico, está en plenas condiciones después de perderse el entrenamiento del miércoles y esa es una buena noticia porque el pasado fin de semana, ante el Espanyol, sufrió un desgaste físico tremendo en su rodilla -articulación en la que arrastra problemas desde hace tres meses- e incluso pidió el cambio, si bien finalmente pudo aguantar. Salvo Coquelin, Marcelino podrá contar con todos sus efectivos, incluido Murillo, que se ha puesto al tono físico de sus compañeros tras dos semanas cogiendo fuerzas por pagar la acumulación de esfuerzos llevada a cabo después 3 meses lesionado.

Aunque la probatura podría no ser la definitiva, todo parece indicar que el técnico no renunciará al 4-4-2. Ensayó con una defensa formada por Gabriel Paulista y Garay en el eje central de la zaga, Gayà en el carril izquierdo y, novedad, Vezo en el derecho. La elección del portugués parece clara para contener a Iniesta o Coutinho y Jordi Alba. El conjunto de Marcelino sostiene el billete para la máxima competición continental sobre la palma de su mano pero con la carrera por el segundo puesto encendida al rojo vivo nadie en el cuartel general de Paterna se da por satisfecho. Cada semana supone un nuevo desafío, la posibilidad de romper récords individuales y colectivos y, de fondo, cerrar con broche de oro un año extraordinario. Lo que se consiga en la recta final del campeonato suma para la temporada que viene y el Barça es un rival al que el equipo le tiene ganas por estado de forma y bagaje de episodios anteriores. El Valencia CF es el equipo que más puntos ha sacado en el Camp Nou en los últimos 5 años y quiere ser el primero en plantar allí la bandera este curso.