Fajr, Amath y Djené no tienen el nombre de Noureddine Naybet, El Hadji Diouf o Sheyi Emmanuel Adebayor, pero son tres de los futbolistas africanos con mejor nivel de LaLiga representados en Getafe, que este miércoles se mide al Valencia en Mestalla Valencia Mestalla. Los tres han encajado en el contexto de guerra de guerrillas de Bordalás: trabajo, orden defensivo al extremo, intensidad al límite, cero complicaciones, entrega total al grupo y ataque rápido, verticalidad. Todos pelean juntos y todos atacan juntos. En un equipo sin estrellas, Fajr, Amath y Djené son sinónimo de agitación. El marroquí por su buen pie, el senegalés por su llegada en ataque y el togolés... por sus particularidades, por su exuberancia general en el centro de la zaga.

Fajr se crió en Rouen, pero es hijo de la inmigración. Su familia desembarcó en Francia en los años 70 procedente de un pueblo próximo a Ifrán (Zaouiat Sidi Abdeslam), situado en el Atlas Medio. Empezó a chapurrear español mucho antes de llegar a LaLiga, en los largos viajes hasta el ferry de Algeciras. Fue el primer fichaje de la era Víctor Orta como responsable deportivo del Elche, que lo pescó procedente del Caen de Ligue 2, donde consiguió el ascenso junto a N'Golo Kanté. Siempre presume de pulmón gracias a los entrenamientos en las montañas del Atlas. El marroquí no cuajó en el Depor donde le pasó de todo: lesiones, falta de continuidad, desconexión en el vestuario, falta de adaptación a la ciudad. En Getafe está cómodo e integrado; aporta genio y buen golpeo.

De Dakar hasta Tenerife

Fajr vivió las estrecheces propias de las familias humildes cuando era niño. Se abrió camino en el fútbol, donde recorrió Francia de norte a sur. El sueño de Amath y Djené comenzó directamente en África. Amath Ndiaye llegó a España con doce años. Fue descubierto en una academia de Dakar por el agente Luis Perote, que lo llevó a Valladolid. En Senegal, sus primeros entrenadores le ponían de lateral derecho, pero rápidamente reclamó arrancar desde el ataque. Su camino no ha sido fácil, pese a que siempre ha sido sinónimo de éxito y goles. Con el Valladolid sólo jugó una temporada (cadete), entrenaba en las inferiores y competía con el Parquesol. Incluso vivió una etapa en la escuela que el Milan tiene en Ávila.

Los ojeadores del Atlético lo tenía controlado y en 2014 se lo llevaron al Juvenil, donde funcionó de maravilla en Youth League y con el filial, en Tercera. Hace dos veranos hizo la pretemporada con Simeone, para ser lanzado en el Tenerife. En su regreso a Primera, el Getafe apostó por él y se hizo con el 50% de sus derechos. Dos goles y tres asistencias ha sumado en 31 partidos. No está mal en la campaña de su debut. Se podía haber perdido, como tantos otros niños diamantes arrancados en África... pero Amath se ha adaptado al entorno y ha aprovechado cada momento.

¿La estrella del metro?

La temporada pasada, Amath fue la sensación en Segunda con el Tenerife actuando como extremo izquierdo (13 goles y cuatro asistencias), en LaLiga le ha costado más. Todo lo contrario que a Djené. El togolés es una de las sensaciones de la temporada, una de las revelaciones en la posición de central; jugador mejor valorado del Getafe en la estadística (el único por encima del siete en el rating de whoscored), firmó en verano procedente del Saint-Trond belga y el club azulón tuvo que mejorar y ampliar su contrato en noviembre. Bordalás le conocía del Alcorcón -donde jugó dos temporadas- y explota de maravilla sus condiciones. Mediocentro y lateral derecho, el togolés ha encontrado su posición definitiva. Eso le ha ayudado definitivamente a ordenarse. Con 26 años, no para de sorprender; bien recogido dentro de la estructura de Bordalás, Djené marca la diferencia por su velocidad, agilidad, intensidad mental y seguridad en sus condiciones, también porque es consciente de su misión: minimizar riesgos y no complicarse. El internacional togolés brilla en la anticipación, muerde en la marca hombre a hombre y gana todo tipo de duelos, también aéreos, pese a no llegar a quedar en 178 centímetros.

Djené ha hecho buenos partidos ante los mejores y estuvo firme en el partido de la primera vuelta ante el Valencia. No es un niño. Llegó a Alcorcón tras unas pruebas en el Lens o el Bastia francés. La confianza de Bordalás ha sido vital; lo tuvo como 'alfarero' y lo ha reclamó para el Geta. En África fue jugador Liga de Campeones. Del Étoile Filante, pasó a Tonnerre de Benín y con el Coton Sport de Camerún conquistó dos ligas, una Copa y tres participaciones Champions. En el inicio de la temporada se hizo famoso por un vídeo esperando al metro... había quedado con un amigo. Es un tipo humilde, pero tiene coche.

El futbolista más rico estará en Mestalla

El fútbol y la vida están llenos de contrastes. Hay jugadores como Mathieu Flamini capaces de romper estereotipos y clichés. Como muchos otros tiene intereses más allá del deporte. El marsellés, de 33 años, llegó a Getafe en el mercado de invierno seducido por el fútbol español. Canterano del OM y figura en el Arsenal, su paso por el Milan -entre 2008 y 2013- le sirvió para conocer a Pasquale Granata, con el que decidió aventurarse en la creación de una empresa, GFBiochemicals, dedicada a producir ácido levulínico a escala comercial a partir de la biomasa, un sucedáneo del petróleo. Como relató a la perfección el diario El País en febrero, GFBiochemicals está valorada en 30.000 millones de euros. La empresa nació en Caserta (Italia), pero el cuartel general está en Holada y acaba de expandirse a los Estados Unidos, donde sigue creciendo y desarrollando patentes.

Con la lesión de Markel Bergara, la marcha de Lacen y los problemas de Arambarri, Flamini se ha hecho con un hueco en el mediocentro. Ante el Espanyol fue expulsado, pero el Comité ha corregido.