La del miércoles fue una tarde atípica en Mestalla. Debido al horario y al embotellamiento en las calles, el estadio no se llenó hasta bien entrado el partido ante el Getafe. Eso no impidió que desde el calentamiento los valencianistas que poblaban las gradas del coliseo de l´Avinguda de Suècia apuntaran a Damián Suárez. El lateral del conjunto de Bordalás, que hizo gala de sus malas artes en el encuentro de la primera vuelta, ha vivido incrustado en la memoria colectiva de la afición valencianista -y del vestuario- desde el partido en el Coliseum y lejos de pasar desapercibido fue abucheado desde su llegada casi hasta que abandonó el recinto a bordo del autobús visitante. El jugador azulón fue objeto de todas las críticas por parte del respetable hasta que el Valencia CF comenzó a exhibir el cortocircuito general de la primera parte. Fue entonces cuando la afición abroncó a dos jugadores locales como Vietto y Andreas Pereira. Los dos futbolistas están en el foco y su futuro está en el aire. El argentino, por el que el Valencia CF tiene una opción de compra cercana a los 14 millones de euros tras acordar con el Atlético de Madrid su cesión el pasado mercado invernal, no será comprado en propiedad y es que el club, tal como desveló SUPER semanas atrás, no tiene intención de negociar por el belga de origen brasileño dadas las prestaciones de Ferran Torres.

Sorprendió Marcelino con una alineación en la que ambos fueron titulares. Al menos, de puertas hacia afuera. Y es que el técnico había expresado en los últimos días de puertas hacia adentro, en Paterna, su voluntad de integrar a todos los jugadores en los partidos de esta semana para que se sintieran importantes y reforzar de este modo las juntas del vestuario valencianistas. Ahí entran Vietto y Andreas. Su participación, sin embargo, no fue ni mucho menos una reivindicación. Al contrario.

El principe de Johor y la corona

Vietto sigue sin aparecer, el cuerpo técnico está realmente decepcionado con su rendimiento y no es porque falle un pase o un disparo, algo que puede pasar a cualquiera. La cuestión es que tiene que aparecer más. Marcelino ha apostado muy fuerte por el argentino y el atacante, descontado su hat-trick en la Copa del Rey, no ha respondido con rendimiento para justificar su fichaje. El caso de Andreas no es tan sangrante como el de Vietto pero a juzgar por la música de viento de ayer parece que Mestalla también le ha tomado la matrícula, probablemente por su timidez a la hora de mostrarse sobre el terreno de juego. El extremo, pese a un potencial más que evidente, se resuelve como un jugador frío, incapaz de marcar la diferencia en ninguna de las facetas, una expectativa contínua que no acaba de transformarse en aquello en lo que tantos técnicos han intuído a lo largo de su progresión por las categorías inferiores del Manchester United, club al que regresará una vez expire su cesión al Valencia el próximo 30 de junio salvo giro inesperado de los acontecimientos. Los pitos hacia ambos jugadores fueron la nota más llamativa en una tarde en la que Peter Lim, junto Tunku Ismail Idris, Príncipe de la Corona de Johor, volvió a presenciar un encuentro del Valencia cinco meses después de la última vez. Curiosamente, es la tercera ocasión que el propietario presencia un encuentro de su equipo contra el Getafe, dos de ellos perdidos. La entrada en Mestalla fue de menos a más y finalmente superó los 35.000 espectadores.