La SD Eibar aseguró matemáticamente la permanencia en La Liga una temporada más gracias a su triunfo de este miércoles en Cornellà frente al Espanyol. Un victoria que se le venía resistiendo al conjunto armero, que sumaba solo 2 de los últimos 18 puntos hasta este partido. Aunque nadie temía por el descenso, demasiado lejos para ser un peligro real, los 43 puntos que alcanza el equipo de Mendilibar con esta victoria le suponen una diferencia de 16 sobre el Depor a falta de solo 15 por disputar.

Un éxito deportivo y de gestión de este modesto club que se ha hecho un hueco en la élite y que se garantiza así unos ingresos importantísimos para la próxima temporada.

Una de las primeras consecuencias de la permanencia del Eibar en primera división afecta directamente al Valencia CF, que tendrá su primer ingreso por salida de futbolistas con el traspaso de Fabián Orellana.

En el acuerdo de cesión del futbolista chileno, cerrado el pasado mercado de invierno hasta final de temporada, se incluyó una cláusula de compra que se haría efectiva si el club eibarrés lograba mantenerse en primera división, una condición que ya se ha cumplido a falta de cinco jornadas para que acabe la competición.

Así, el Valencia CF ingresará alrededor de dos millones de euros por Fabián Orellana entre la cesión y el traspaso, además de quitarse la ficha del jugador correspondiente a la próxima temporada porque tenía contrato con el club de Mestalla hasta el 30 de junio de 2019. Son cerca de dos millones de euros brutos más, por lo que la operación le supone al Valencia CF un descargo de alrededor de cuatro millones de euros con el que empieza a restar el déficit que ha de equilibrar en el presupuesto con salidas de futbolistas.

Orellana, por tanto, se desvinculará en las próximas semanas del Valencia CF y pasará a ser propiedad del Eibar. Su paso por Mestalla, a donde llegó en un momento complicado en el mes de enero de 2017, ha sido tan efímero como poco fructífero. La temporada pasada, después de aterrizar en el mercado de invierno procedente del Celta, participó en 16 partidos, en los que solo hizo un gol en el partido ante el Real Madrid. Después no entró desde el principio en los planes de Marcelino, que solo decidió alinearlo durante 80 minutos en un partido de la primera eliminatoria de la Copa del Rey jugado en Zaragoza.