¿Qué le pasa a Taylor Swift? Ya antes de aparecer en la gala del Met hecha una extra de Mad Max: Fury Road, con ese pelo platino que estrenó en la portada del Vogue estadounidense, su pintalabios negro, su minivestido metálico de Vuitton con aperturas y sus sandalias de dominatrix, la cantante llevaba un tiempo coqueteando con el lado oscuro. Como bien notaron en Buzzfeed, la otrora princesa del country light lleva toda la primavera paseando un look de malota gótica por Nueva York, tapada con capucha negra, con vaqueros rotos y sus nuevas plataformas preferidas, de las que no se separa. Aun así, su nueva identidad no está del todo clara. Swift, que hasta 1989 solía incluir referencias en sus canciones al hecho de que jamás sería "una chica guay" y mucho menos una hipster (en su clásico de las ruputuras You are never ever going back together se ríe del ex que se cura als penas "escuchando un disco mucho más cool que el mío", probablemente en referencia al probadamente hipsteroso Jake Gyllenhaal, y en 22, también del disco Red, canta que juega con sus amigas a disfrazarse de modernas), tiene ahora menos complejos respecto a su nivel de factor molón.

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