No existe ninguna fórmula de éxito para una industria tan voluble y competitiva como la de la moda, pero puede que esta máxima sea la que más se acerca a esa utópica receta. Esto, al menos, es lo que explica el éxito de Claudie Pierlot: no, no se trata de otra marca bautizada con (ficticio) nombre francés para insuflar sofisticación a sus propuestas, sino del proyecto vital de una estilista que decidió materializar su criterio en prendas diseñadas por ella misma. Hoy, 30 años después de su creación, esas propuestas que ella misma definió como “despreocupadas y alegres” se comercializan en más de 300 puntos de venta. Y aunque madame Pierlot murió en 2009, y hoy la enseña es propiedad del grupo empresarial galo SCMP, no ha perdido...