‘LA FRONTERA’ era el nombre dado a las praderas y montañas ignotas y salvajes que se extendían al oeste del Misisipi. Era también el sueño americano de muchos europeos dispuestos a recorrer medio mundo para echar raíces en una tierra por ellos conquistada, y encontrar la riqueza prometida tras un viaje iniciático. ¡Y qué viaje! Se subastaban tierras antes de partir, se organizaban enormes caravanas de carromatos donde las familias llevaban sus modestos enseres, armas y animales.