La sala está abarrotada: a la veintena larga de filas de sillas de tijera que la surcan hay que sumarle la muchedumbre de brokers que, teléfono en mano, se agolpan por los laterales. No hay silencio, pero tampoco bullicio de conversaciones. Cada uno va a lo suyo o, como mucho, a lo de su representado. El subastador -Jussi Pylkkänen, actual presidente global de Christie's, ni más ni menos- pide la atención del público al tiempo que el panel a su izquierda comienza a girar hasta descubrir Nu couché (1917-1918), de Amadeo Modigliani, perteneciente a una serie que en su día consiguió que su exposición -en la Galerie Berthe Weill de París- fuese inmediatamente clausurada por la policía pero que, con el tiempo, revitalizaría el desnudo.