Cuando el término tomboy sólo significaba marimacho en inglés, los franceses se inventaron la garçonne. Corrían los años veinte y las chicas se aplanaban el pecho, se soltaban la cintura, se subían los dobladillos y se cortaban el pelo a lo chico. Pedían compartir la diversión de los hombres: ir de fiesta, beber, fumar, conducir, tener aventuras. Querían vivir a tope, y plenamente a su aire. Scott Fitzgerald las llamó flappers y puso como ejemplo a la actriz Clara Bow, de quien escribió: "Es la quintaesencia de lo que significa el término. Guapa, imprudente, segura de sí misma, global, audaz y dura de pelar". La flapper pasó a ser tomboy (andrógina) cuando Coco Chanel sacó todas sus ideas del armario de los hombres para cambiar completamente el vestuario de las mujeres e hizo de la androginia una actitud contemporánea y vanguardista.