Esculturas de andar por casa. Probablemente Kicco y Paolo Bettinardi, miembros del movimiento artístico Cracking Art, estarían orgullosos de esta definición. Su proyecto nació en 1993 con el propósito de borrar las fronteras entre la definición tópica del arte (esa idea de que la obra es algo intocable, único e irrepetible) y las actitudes cotidianas que todos tenemos en el espacio público. "Nuestra filosofía se basa en el deseo de incentivar la sensibilidad de la gente por la herencia cultural y el entorno", explica Kicco. Hace mucho que ya han conseguido esa meta: sus animales de plástico (el material de trabajo que utilizan por su capacidad de reutilización infinita) ya han invadido plazas, calles y locales de Hong Kong, Nueva York, Chicago, Roma€