Siete millones de personas al año lo visitan. El Louvre es, si no el más famoso, uno de los museos más importantes del mundo. Y en París, que no andan faltos de orgullo nacional, son muy dados a hacer converger su patrimonio artístico para exportarlo al mundo. Ahí, por supuesto, entra la moda francesa, que forma parte del capital cultural del país y es vista, de algún modo, como una forma de arte aplicada. Por eso, aunque muchos puedan pensar que Louis Vuitton presentó su desfile de otoño en el mítico museo parisino por una cuestión económica (vamos, que lo consiguieron a golpe de talonario) lo cierto es que fue la propia institución francesa la que invitó a la firma a utilizar uno de sus espacios para exhibir sus propuestas...