Hay dos ineludibles mantras que han acompañado a Leonora Carrington (Lancashire, Reino Unido, 1917-Ciudad de México, México, 2011) tanto en vida como tras su muerte. El primero tiene que ver con su proverbial rebeldía, que ya las monjas del internado St. Mary's School Ascot resumirían en su adolescencia con un preocupado aviso a la familia: "No coopera ni en el trabajo ni en los juegos". El segundo, con su cualidad artística, sentenciando que, más que una pintora de enjundia, ella era el detonador del estallido surrealista en tanto que musa del movimiento. Y eso pese a la obstinación y el coraje con los que, hasta su último día, combatió esa doble reducción...