Una biblioteca visual silenciosa. Tan silenciosa como su creador. Dries van Noten no hace campañas publicitarias, tampoco monta esos espectáculos a los que la moda actual se ha enganchado por su sed de visibilidad en las redes sociales. Nunca ha querido moverse de Amberes, su ciudad natal. Como mucho, se desplaza para ir a su casa de campo en Ringenhof, a pocos kilómetros de la ciudad belga. Su familia y amigos de la escuela de moda trabajan en su empresa, una marca que ahora cumple 30 años y que no ha querido venderse a un gran conglomerado ni a un fondo de capital riesgo. Treinta años. Se dice pronto...