En un mundo estresado, con una sociedad tan apresurada, encontramos cada vez más personas depresivas. Nacho Lafuente, empresario, vivió momentos de auténtico estrés, pidió ayuda a un psicólogo y le aconsejó apuntarse a un gimnasio antidepresión donde, a través de un dispositivo electrónico, le miden los parámetros cardíacos para conocer sus niveles de estrés. Y así zancada a zancada ha conseguido escapar de la ansiedad y la irritabilidad.

También Conchita Marín cayó en la tristeza y la apatía tras la marcha de sus dos hijas de casa. Pero este síndrome, conocido como el "del nido vacío", lo llenó "Tula", una perrita que cambió la vida familiar. "Al tener que sacarla a pasear hablabas con una, con otra y eso te daba vida". Optimismo animal para salir de la humana depresión.