Los perros representan una enorme ayuda en todo tipo de ámbitos de investigación, principalmente gracias a su olfato. Si bien son famosos los perros policía, expertos en detectar drogas y demás substancias peligrosas, esta vez los doctores han descubierto una nueva forma de valerse del agudo olfato de los perros en el campo de la medicina.

Uno de los primeros en probar su habilidad médica ha sido Magic, el labrador que han adiestrado los miembros de la organización Medical Detection Dogs, entidad sin ánimo de lucro. Gracias a ellos, el can es capaz de detectar con su nariz las bajadas de azúcar que sufre su dueña, Claire Pesterfields, enferma de diabetes tipo1.

Tras conocer casos similares a los de Magic, los científicos de la Universidad de Cambridge decidieron analizar si los cambios en el nivel de glucosa en sangre producían cambios en la composición química del aliento. Para comprobarlo, redujeron deliberadamente los niveles de azúcar en sangre de ocho pacientes con diabetes de tipo 1 y utilizaron la espectrometría de masas para detectar cambios en las moléculas del aire que exhalaban.

El estudio, publicado en ´Diabetes Care´, desveló que la concentración de la sustancia denominada isopeno aumentaba notoriamente en situación de hipoglucemia, llegando incluso a duplicarse. Aún se desconoce la relación entre la enfermedad y los niveles de isopeno.

A raíz de los resultados, los científicos están diseñando nuevas formas de detección y medición de la diabetes mediante el control del isopeno. No obstante, la naturaleza ofrece una alternativa, como demuestran casos como el del olfato de Magic el labrador.

Además de la diabetes, los científicos están buscando nuevas formas de aprovechar el olfato perruno para identificar diferentes químicos relacionados con la malaria. El objetivo consiste en entrenar a los canes usando muestras de orina y sudor de niños africanos. Algunas muestras contendrán la enfermedad, mientras que otras no. Los perros deberán aprender a identificar la muestra correcta.