Los ojos de los bebés cumplen una función esencial para su desarrollo físico, mental y emocional, ya que le ayudan a captar la información de mundo que les rodea. Desde el Área Oftalmológica Avanzada del Doctor Vergés aseguran que, al nacer, tienen los ojos muy abiertos, como si quisieran captarlo todo. Sin embargo, no ven prácticamente nada.

Durante los primeros días de vida, el bebé no sabrá cómo usar los dos ojos a la vez. En el primer mes o el segundo aprenderá a enfocar y a seguir los objetos que se mueven. Y hacia los dos meses de vida (8-10 semanas) puede empezar a distinguir el volumen. También será capaza de diferenciar los colores, como el rojo o el verde.

A partir de los tres meses se produce un avance considerable en la capacidad visual. Ahora es capaz de percibir los detalles más pequeños y enfoca a casi cualquier distancia.

Los dos siguientes meses, la visión del color se desarrolla. Reconoce objetos y los busca con la mirada, es capaz de ver a más distancia. Le gusta jugar al "no está-sí que está" mientras te tapas y le destapas la cara, porque empieza a comprender la permanencia de los objetos.

A partir de los 6 meses, y hasta los 12, empieza a tener una percepción de la profundidad. Puede ver todos los colores y poco a poco será capaz de seguir objetos que se mueven a mayor velocidad. Ya empiezan a ver como los adultos.

Aunque la evolución de cada bebé es diferente, desde el Área Oftalmológica Avanzada recomiendan estar en alerta si el bebé tiene 3 o 4 meses y no sigue con ambos ojos un objeto, si tiene dificultad para mover uno o ambos ojos en todas las direcciones, si sus ojos se mueven y no quedan fijos, o si tiene los ojos cruzados la mayoría del tiempo.