Las emociones son necesarias para la salud neuronal. "Son la energía que nos mantiene vivos", asegura el neurocientífico catedrático de Fisiología Humana de la Universidad Complutense de Madrid Francisco Mora. De no darles cabida en los ámbitos académicos en el siglo pasado se ha pasado a reivindicarlas.

Esto ha dado bastantes problemas, porque en lugar de gestionarlas han adquirido tanta fuerza que ahora vivimos en una sociedad emocionalizada, como aclara Fernando Rodríguez Bornaetxea, fundador de Baraka, Instituto de Psicología Integral. Hay una tendencia a actuar impulsivamente sin mediación entre el deseo y la acción. Es una actitud compulsiva que puede llegar a comportar reacciones violentas o, como mínimo, desagradables. Y este experto insiste en la necesidad de educarse en el autocontrol emocional, en la auto-observación.

De esta manera, las emociones no son tanto un obstáculo como una oportunidad para tomar conciencia y cambiar automatismos. Si el autocontrol es excesivo, lo podrá detectar porque aparecerá el miedo paralizante. No se trata de reprimir, sino de gestionar las emociones.

Isabel Campins, psicóloga y trabajadora social, da unas breves recomendaciones necesarias para este autocontrol positivo:

- Observar cuándo aparece la emoción y cómo es expresada. Ante qué situaciones y relaciones surge la emoción y cuándo se desborda.

- Qué función tienen en la vida de uno mismo: para qué en lugar del porqué, ya que el porqué enjuicia y no ayuda a aprender de uno mismo.

- Lo importante del proceso es tomar consciencia de cómo se actúa y compartir todo eso con los demás.

- Que no falte el buen humor, ayuda a una mejor gestión de ese mundo interno.

- En casos extremos, aplicar el viejo consejo de contar hasta diez antes de reaccionar externamente. El tiempo suficiente para hacer una profunda respiración para hacer llegar suficiente oxígeno al cerebro y poder pensar con más claridad.

Factor edad

  • Hasta los 21 años es bastante natural que las emociones se muestren en algunos momentos sin mucha contención. En general, no existe una maduración personal para poder vivirlas armónicamente.
  • De los 21 a los 42 años la personalidad se afianza y puede ser más fácil ser consciente del mundo interno.
  • A partir de los 42 años se tendría que haber adquirido una madurez que permitiera poder mostrar el mundo emocional de una manera más equilibrada