Existen palabras poderosas que pueden ayudar a nuestros hijos a motivarse y a sentirse seguros en su vida cotidiana, pero, de igual forma que existen esas frases, hay otras expresiones que, sin darnos cuenta, usamos de forma habitual con nuestros pequeños y que pueden ser devastadoras para la autoestima de los niños. Una buena educación también se basa en el respeto y el buen trato que nosotros damos a nuestros hijos y, por consiguiente, en el mensaje claro y coherente que éstos reciben de sus progenitores.

Saber reconocer nuestros errores y centrarnos en los esfuerzos y logros de nuestros hijos son claves para que nuestros pequeños se sientan a salvo y escuchados. Por ello, te traemos una lista de frases que nunca debes decirle a tu hijo si lo que quieres es que se convierta en un adulto seguro de sí mismo, respetuoso y con autoestima.1. 'Deberías parecerte más a tu hermano' o 'Tienes que aprender de...'

Estas frases son una buena forma de crear rencillas y rivalidades entre hermanos, además de fomentar el sentimiento de culpa en el menor. Las peleas entre los hermanos son comunes, pero es un grave error intentar compararles, ya sea usando esta frase u dando a entender de otras formas tus 'favoritismos'. Cada uno es único y debes tratarlos como tal, muéstrales la misma atención y cariño a los dos como individuos únicos y aprende a ver sus cualidades propias.

2. 'Me tienes harto' o 'Cada día te portas peor'

El estrés del día a día puede provocar que, cuando nuestro hijo tenga una rabieta o unas palabras de más, se nos escapen estas frases fulminantes que pueden calar muy hondo en nuestro hijo. Debemos recordar que para nuestra progenie nosotros somos su modelo a seguir, por lo que nuestras palabras pueden llegar a marcar en su vida y su capacidad para afrontar el futuro, ya que demostrar que estamos 'hartos' de nuetros hijos puede causarles un sentimiento de soledad y frustración difícil de salvar. Desquitarte con tus hijos no es la solución, por lo que debes enseñarles a gestionar sus frustraciones y emociones.

3. 'Buen trabajo' o 'Buen chico'

Aunque parezca una buena forma de felicitar el trabajo bien hecho, existen estudios que afirman que lanzar este tipo de frases cada vez que el pequeño haga algo bien puede provocar que éste desarrolle la dependencia a tu aprobación y olvide su propia motivación para hacerlo bien. Procura ahorrar este tipo de cumplidos para las ocasiones que merezcan la pena y sé lo más específico posible.

4. 'No llores' o 'No ha pasado nada, estás bien'

Cuando tu hijo se cae y viene con lágrimas en los ojos debes seguir a tu instinto y consolarle. S tu pequeño se acerca a ti llorando es porque algo no está bien, por lo que pedirle que no llore o que está bien puede provocar un sentimiento confuso en el niño y que éste piense que no le entendemos al infravalorar sus emociones. Estas frases solo provocan un sentimiento de vergüenza en nuestro pequeño y hacen que reprima sus sentimientos y pueden desarrollar un déficit emocional o social cuando lleguen a la vida adulta. Otra cosa son las lágrimas de cocodrilo, que son una manera que tiene nuestro pequeño de llamar nuestra atención. Hay que saber diferenciarlas.

5. 'Ya verás cuando llegue...' o 'Se lo voy a decir a...'

Con estas amenazas tu pequeño acabará asociando a uno de los progenitores con el papel de 'castigador' mientras que el otro correrá el riesgo de perder autoridad ante el niño. Además, el pequeño sentirá miedo a uno de los padres y esa sensación abrumadora se convertirá en su única motivación. Madre, padre e hijo deben resolver los problemas de manera conjunta y es muy importante que los padres estén en comunión y con ideas conjuntas para que el niño vea ese respeto y no asocie la sumisión como algo normalizado.