Disfrutar de todos los momentos de intimidad en pareja siempre es un placer. Y más si los convertimos en una sana costumbre, aunque evitando caer en la rutina. Algo que muchas veces descartamos, por tener horarios diferentes y otras circunstancias, es ducharnos -o bañarnos- juntos. Pero hacerlo siempre es un motivo que da pie al juego, no necesariamente sexual, y a convertir el momento en un rato agradable y divertido que puede tener, además, más beneficios de los que pensabas. Estos son algunos de ellos:

Estrechas los lazos y limas las diferencias

Una buena ducha siempre puede ser placentera, pero si tenemos la oportunidad de hacerlo junto a nuestra pareja resultará mucho más estimulante. El espacio, la desnudez, el jabón, el agua, todo invita a al contacto y la complicidad. Juntos, la rutina de la ducha se convierte así en algo diferente y más divertido. Es un buen momento para reír, reforzar los lazos o incluso limar diferencias cuando no todo vaya sobre ruedas.

Una ducha más efectiva

Está claro que cuatro manos son mejores que dos. Por eso, la higiene personal duchándonos juntos puede ser aún más completa, al llegar nuestra pareja a esas zonas a la que solos nos costaría llegar con la esponja.

Ahorras agua

Gran parte del gasto de agua en el hogar tiene lugar al ducharnos. Al hacerlo juntos no podremos reducirlo por la mitad, pero ahorraremos una buena cantidad de litros. Si el reflejo en la factura del agua puede no ser especialmente significativo, pensemos que sí contribuiremos a ahorrar agua, un dato siempre positivo cuando, como ahora, nuestros embalses no registran sus mejores niveles

Despierta la pasión

Inevitablemente, el contacto físico, con los cuerpos desnudos, ayudará a despertar la pasión. Ducharnos juntos puede ser un oportunidad para romper con la rutina y probar cosas diferentes en nuestra vida sexual. Siempre con la precaución que requiere el medio en cuestión para evitar accidentes, podemos convertir el momento en una forma diferente de disfrutar de la intimidad en pareja.

Favorece la relajación

Pero, como no todo tiene que ser pasión, la ducha puede ser en pareja más relajante que cuando estamos solos. Jugando con el jabón y la temperatura del agua ideal y prolongando el momento en la intimidad nos ayudará a relajarnos después de un día fuera o antes de ir a trabajar, una ayuda extra para la batalla del día a día.