Las enfermedades infecciosas son aquellas que están producidas por un microorganismo. Entre estos están las bacterias, los hongos, los parásitos y los virus. España está al nivel de otros países europeos tanto en la incidencia de las enfermedades infecciosas, como en su distribución. Además, no se registran casos autóctonos de infecciones propias de países tropicales, como la malaria y otras infecciones parasitarias, o infecciones virales como por ejemplo el Ébola o el Dengue.

Así lo explica el portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), el doctor Enrique Navas, quien asegura que España tiene sin embargo un nivel mayor de resistencia a los antibióticos que los países del norte de Europa. "Esto se debe probablemente a que ha tenido un consumo mayor de antibióticos tanto de uso veterinario como humano que otros países, y hace que las bacterias en España tengan más resistencia que las de otros países de nuestro entorno, especialmente los del norte de Europa", señala.

Eso sí, avisa de que nuestro país también tiene una mayor incidencia que los países del norte de Europa en tuberculosis, sida, y en hepatitis B y C. "Esto se debe especialmente al impacto de la drogadicción intravenosa de los 80, una época en la que se produjo una importantísima propagación de estas tres enfermedades. También la inmigración ha contribuido más recientemente a la aparición de casos de tuberculosis", añade el médico adjunto del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Asimismo, destaca que en España ha habido una disminución muy importante de las infecciones transmitidas de los animales, o 'zoonosis', como la brucelosis y la hidatidosis, patologías relacionadas con la ganadería. Con todo ello, el especialista de la SEIMC enumera las 10 enfermedades infecciosas más importantes que tienen lugar actualmente en España:

  1. Las infecciones respiratorias de vías altas (gripe, rinitis, catarro común, faringitis y laringitis). Todas ellas enfermedades muy frecuentes y transmisibles pero con poca trascendencia para los pacientes, son poco graves. Son virales la mayoría. Muy prevalentes y con poca gravedad. La gripe inicialmente cursa con síntomas de vías altas, pero puede complicarse con afectación pulmonar.
  2. Infecciones respiratorias de vías bajas (neumonía y traqueobronquitis). Son muy frecuentes, más graves que las anteriores, y pueden deberse a virus --siendo en este caso transmisibles-- o a bacterias, que no suelen ser contagiosas de persona a persona, si bien pueden tener importancia epidemiológica, como en el caso de la legionelosis o la psitacosis relacionada con las aves.
  3. Tuberculosis. Es una enfermedad crónica, transmisible, cuyas manifestaciones dependen en gran parte de la edad y del estado inmunitario de los pacientes, exigiendo un diagnóstico específico y un tratamiento prolongado. Diagnosticada precozmente y con tratamiento adecuado se cura en más del 90% de casos. En niños y personas debilitadas es donde más problemas puede dar. La mayor parte de los casos son pulmonares, pero también puede tener manifestaciones de afectación a otros órganos.
  4. Las infecciones por virus herpes son infecciones muy frecuentes que se adquieren en general en la infancia, y que tienen manifestaciones muy variables, dependiendo del virus y del órgano donde se esté replicando éste. En la familia de los virus herpes los que mayor importancia tienen son los herpes simples, el herpes varicela-zóster, el citomegalovirus, y el virus de Epstein-Barr que causa la mononucleosis infecciosa. Se contagian por contacto directo, persona a persona, y el espectro de gravedad va desde el herpes labial, sin apenas importancia clínica, hasta encefalitis, o a infecciones diseminadas graves en pacientes inmunodeprimidos.
  5. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un lentivirus que se transmite de madre a hijo, por relaciones sexuales, o por contacto directo con sangre (intercambio de jeringuillas o transfusión de hemoderivados). El VIH infecta y destruye las células que participan en la defensa inmunitaria, de forma que sin tratamiento se produce un deterioro inmunológico, que se manifiesta en forma de tumores e infecciones oportunistas. Con el tratamiento antiviral actualmente disponible, y diagnosticado precozmente, se controla perfectamente en la gran mayoría de los casos.
  6. La meningitis que puede estar causada por distintos microorganismos. Dependiendo el caso se pueden producir desde meningitis benignas, como son la mayoría de las causadas por virus, a meningitis muy graves provocadas por bacterias como el neumococo, el menigococo, o la listeria. La presentación y la prevención depende de la causa. En general es muy importante el diagnóstico y el tratamiento precoz para evitar secuelas neurológicas y evitar la mortalidad. La meningitis bacteriana es especialmente frecuente en la infancia, y las vacunas frente al neumococo, haemophilus tipo B y menigococo, son muy eficaces.
  7. Las infecciones urinarias pueden afectar a las vías urinarias bajas, como la cistitis o a las altas, entre las que estarían las pielonefritis, y las prostatitis. Son infecciones que están causadas por bacterias que forman parte de la propia flora de los pacientes, no son transmisibles, y son muy frecuentes sobre todo en la mujer.
  8. La sífilis y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Son las enfermedades transmitidas por contacto sexual, o enfermedades venéreas, entre las que se encuentran la gonorrea, la sífilis, las infecciones por clamidia, el virus del papiloma humano o el herpes genital. Aunque no tiene necesariamente manifestaciones genitales, la infección por VIH se incluye también entre las ITS.
  9. Hepatitis virales, se reconocen la A, la B, la C, la delta y la hepatitis E. Estos virus infectan a las células del hígado (hepatocito), y pueden producir o bien una hepatitis aguda, en general benigna y autolimitada, pero que en ocasiones puede manifestarse como hepatitis fulminante, muy grave, y que puede conducir a la muerte, si no lo remedia un trasplante, o una hepatitis crónica, que en un plazo más o menos largo puede dar lugar a cirrosis o cáncer de hígado. Las hepatitis B asociada o no a hepatitis delta, y la C son las que pueden hacerse crónicas y conducir a cirrosis. Las hepatitis A y E no se hacen crónicas, pero cualquiera de ellas puede evolucionar a una hepatitis fulminante. Tanto la hepatitis A como la B pueden prevenirse mediante vacunación. Para la C disponemos de tratamiento antiviral muy eficaz, pero no vacuna. Recientemente se han descrito dos virus más, los virus F y G, cuya prevalencia y significado clínico están aún por determinar.
  10. Las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS) son las que el paciente contrae al recibir cuidados sanitarios. Se trata de un concepto amplio que incluye las infecciones que uno adquiere por el hecho de estar ingresado en hospital o ser sometido a tratamientos ambulatorios. Pueden estar relacionadas con las vías de administración de los fármacos, con las heridas quirúrgicas, los accesos de diálisis, la sonda urinaria, por ejemplo. Tienen una implicación muy importante porque afectan a personas enfermas, que por tanto son más vulnerables, y por otro lado porque están causadas por bacterias del medio hospitalario. Por ello, presentan una mayor probabilidad de resistencia a los antibióticos, lo que las hace más complejas y de difícil tratamiento. Es importante medir su incidencia, aplicar medidas de prevención y tratarlas adecuadamente, para lo cual es fundamental contar con médicos especialistas en enfermedades infecciosas.