Si nos paramos a pensar qué es lo que más nos ha costado aprender a comer, la gran mayoría diremos que las verduras. Y así sigue siendo entre los más pequeños ya que sólo el 3 por ciento de los niños y adolescentes españoles consume verdura más de una vez al día.

Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) subrayan la importancia de aprender a comerlas ya que, según defienden, así se previenen enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y, también, las caries. "Es fundamental crear buenos hábitos en los niños. Desde el principio. Es más fácil crear buenos hábitos que corregirlos. Todos los días hay que ingerir frutas, verduras y hortalizas. Forman la base de la pirámide de alimentación", subraya.

De hecho las verduras pueden ofrecerse al bebé a partir de los 6 meses en forma de pure, evitando los primeros meses las espinacas, la col, la borraja, la acelga, el apio, la berenjena, el nabo, el rábano, la lechuga y la remolacha, porque pueden ser causa de metahemoglobinemia por su alto contenido en nitratos. No obstante, pueden ser introducidas a partir de los 12 meses, según marca la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Precisamente, según explica en una entrevista, la dietista-nutricionista de las escuelas Nemomarlin, Roser Montané, el truco para que a los niños les gusten pronto las verduras es empezar de muy pequeño a ofrecérselas. "De hecho, muchas veces cuando ya tienen dos años están acostumbrados a tomar las verduras", asegura la especialista.

Por ello, la también directora de la Consultoría Cesnut Nutrición aconseja para que a los niños les gusten las verduras:

- Evitar los tropezones. "No les gustan nada", avisa.

- Ofrecerles la máxima variedad de colores y sabores en las cremas, porque es lo que más gusta a los niños. "No sólo las cremas tienen que ser de color verde. Hay que variar. Por ejemplo, la crema de calabaza o la zanahoria, con base de patata, les gusta el color naranja. También hay que darles de color verde, aunque no les acaba de gustar. A su vez, estarían las cremas de color blanco de puerros, por ejemplo", añade.

- Combinar muy bien el primer plato con el segundo. "Se les premia con alguna cosa que tenga un alto grado de aceptación, como las albóndigas. Evitar el pescado en estos casos", apostilla.

- Cuando son mayores se acuerdan de los días de la semana, así que conviene no repetir el plato de puré de verduras el mismo día de la semana.

- Que la combinación del plato no sea ni muy densa ni muy líquida. "Aunque los pequeños imitan a los mayores. Se adaptan mucho además al texturizado y conforme van creciendo en lugar de que sea tan triturado haya más trocitos".

- Otra manera es esconder la verdura en salsas, en los segundos platos, de acompañamiento. Las verduras que más se emplean va progresando en septiembre verduras suaves en crema como la calabaza zanahoria, o el calabacín, una base fácil, así como la judía verde. Después se va aumentando y a los niños que toleran las verduras se les ofrece la col o el brócoli", indica.

- La principal dificultad se encuentra en septiembre, un mes clave tras los hábitos alimentarios del verano, que no suelen ser los más correctos porque vienen de vacaciones o casi nunca han comido verdura en casa. "Es un mes en el que se trabaja mucho la introducción de las verduras, y se intenta que la base sea muy suave, y progresivamente que las verduras que no sean muy fuertes", agrega.

- Asimismo, defiende que el mes de septiembre es buen momento también para que, aquellos que nunca han probado antes las verduras enteras, no sólo se les ofrezcan en crema, sino también en trocitos pequeños, como ensalada de guarnición, por ejemplo.

- Cuando son chiquitines y se les ofrecen las primeras papillas se les pone patata, zanahoria y calabacín. "Son las verduras de iniciación y después se intenta poner todo tipo de verdura, pero de manera progresiva porque la intención es ir poco a poco acostumbrándose porque los sabores se aprenden y les acaba gustando. La crema de zanahoria les acaba gustando siempre", sostiene la dietista-nutricionista.