Los primeros dientes suelen salir entre los 5 y los 12 meses y, casi siempre, son los incisivos inferiores (los de delante y en el centro, abajo). No hay reglas fijas, como en tantas otras cosas del desarrollo del niño. A algunos les salen antes (incluso hay niños que nacen con dientes) y a otros les tardan más en salir. Antes de los 3 años suele completarse la erupción de la dentición infantil.

Así lo afirma la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien asegura a su vez que, pese a las molestias que pueda presentar el bebé, se trata de un fenómeno que no debe tratarse. Aunque hay niños a los que no les molesta absolutamente nada la salida de un diente o una muela, por regla general sí suele inquietar más a otros, hacerles llorar más, babear más, o morder todo lo que pasa por sus manos.

De hecho, hay bebés en los que se generan pequeños hematomas en la encía antes de que les salga un diente, o bien se les inflama y enrojece la encía en la zona de erupción de la pieza dental. Eso sí, la AEP destaca que en el caso de que se produzca fiebre durante este fenómeno, o se note al niño enfermo o decaído, no hay que achacarlo a la salida de los dientes. "Deben acudir al pediatra porque estos síntomas no son debidos a la erupción de dientes", subrayan.

Sin embargo, avisa, "si el niño está muy incómodo por la noche, las encías están en ese momento de preerupción inminente y esto le perturba el sueño, se le puede administrar un analgésico a las dosis habituales (paracetamol o ibuprofeno) en forma de jarabe, pero no se deben aplicar sobre las encías".

Durante el día, eso sí, resalta que el niño no suele llorar por este motivo (todo duele y pica más por la noche), por lo que, a juicio de la AEP, "sería excesivo" tratarle durante las 24 horas. "Se le pueden facilitar mordedores o enfriarle el chupete en la nevera, dándoselo a morder cuando está frío o simplemente frotarle la encía con el dedo limpio o con una cucharilla fría. En esos días el niño estará ansioso por morder cosas, dejemos que lo haga sin problemas, pero que sean objetos seguros. Nunca se le debe dejar morder objetos que puedan desprender fragmentos, como por ejemplo una zanahoria cruda, ya que podría producirle asfixia por atragantamiento", alerta.

Asimismo, avisa de que los tratamientos para aplicar sobre la encía son "muy populares", a pesar de que recientemente se ha visto que los geles que contienen benzocaína pueden producir una enfermedad de la sangre llamada 'metahemoglobinemia', que puede ser peligrosa; "por lo que no son aconsejables", sentencia la AEP.

Consejos ante la erupción de un diente

"Los estudios fiables sobre este problema concluyen que lo que realmente calma el posible dolor en la encía es la presión ejercida al aplicar el producto. Por lo tanto, y ante el riesgo de que estos medicamentos, aunque sean naturales puedan producir toxicidad, lo mejor es utilizar sólo métodos físicos (presión, frío, entre otros.) y en algún caso administrar paracetamol o ibuprofeno a la dosis adecuada para el peso del niño", sostiene la Asociación Española de Pediatría.

En una entrevista con Europa Press, el doctor Cristóbal Coronel, de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), aconseja implementar los mismos consejos a la hora de que a un bebé le salgan los dientes sea la época que sea. A su juicio, el mejor antiinflamatorio es el frío, por lo que sugiere ofrecer a los menores mordedores en frío, pero no congelados, sino simplemente refrigerados, ya que congelados pueden dañar las encías. Es más, el experto desaconseja ofrecerles bebidas muy frías a los menores porque se puede favorecer el desarrollo de una faringitis.

Así por ejemplo, desecha la posibilidad de ofrecer polos o flash a los bebés, además de por favorecer un catarro, porque no aportan ningún nutriente. "Los helados caseros sí los recomiendo, sobre todo si el niño no es obeso, porque son ricos en nutrientes, se aporta leche. Hay que darles todos los tipos de trucos para que un niño lo acepte lo mejor posible. Se pueden hacer helados con yogur, con leche, por ejemplo. Y si es de fruta del tiempo ni qué decir tiene. La naturaleza es muy sabia", sentencia el pediatra.