Ya estés de vacaciones en la playa, en alguna turística ciudad o simplemente sigas yendo al trabajo cada día, nadie se libra de quemarse en alguna ocasión en la temporada de verano. Porque el sol pica y por muchas precauciones que se tomen a veces es difícil no tener quemaduras.

En España se diagnostican cada año unos 3.600 casos de melanoma, siendo más frecuente este tumor entre las mujeres. Según la Asociación Española Contra el Cáncer, la incidencia, en comparación con otros países europeos, se puede considerar alta, con un aumento muy destacado de este tipo de cáncer entre la población en los últimos treinta años.

Salir de casa lleno de protector solar sería lo ideal, aunque no es lo habitual. La rutina de echarse la crema cada poco tiempo es algo que que se debería hacer pero que desgraciadamente no se hace. a pesar de la insistencia por parte de la comunidad médica para prevenir estas lesiones, nuestra propia actividad cotidiana nos dificulta que podamos convertir esta sana costumbre en una rutina.

Si por desgracia te has quemado, la clave fundamental y esencial es que no te de el sol en la zona durante una semana. Durante este tiempo, tu cuerpo está tratando de curarse a sí mismo a través de sus defensas naturales. Cualquier exposición añadida de rayos ultravioleta prolongará tanto el dolor como el daño, no permitiendo a la piel recuperarse. Si no nos protegemos correctamente, el código genético de las propias células puede verse alterado, aumentando así el riesgo de mutaciones que pueden derivar en tumores.

Porque si lo que quieres tener es un buen bronceado no debes quemarte desde el primer día de vacaciones, ya que después no podrás disfrutar de la playa y la piscina. Un buen truco para calmar la quemazón de las quemaduras del sol es poner paños mojados en leche en la nevera y luego aplicarlos en las zonas afectadas.

Otro de los trucos a la hora de acabar con ellas de raíz es usar aloe vera. Ya sea comprando estracto de la misma planta en algún herbolario o usando sus propio jugo si la tenemos en casa, es el remedio infalible para acabar con el enrrojecimiento y la irritación.

Por otro lado, algunos productos disponibles en el mercado tienen lidocaína y benzocaína. Estos ingredientes alivian temporalmente el dolor de la quemadura, pero, según los expertos, en cuanto acabe su efecto, la cosa va ir a peor y el dolor va a ser aún más fuerte.

Y para lo que solo confían en la medicina tradicional siempre se puede tomar una aspirina o antiinflamatorio para paliar el dolor, ya que a fin de cuentas, la piel está inflamada.