Cerca de un tercio de las personas tiene o ha tenido llagas o aftas en su boca, que llegan a ser tan molestas y dolorosas que pueden interferir en acciones del día a día, como comer, hablar o besar.

Si una de estas llagas no desaparece en dos semanas debe ser examinada por el especialista. No son contagiosas a no ser que sean de origen infeccioso (provocadas por virus, como por ejemplo el Herpes simplex, o bien por hongos o bacterias). Además, el factor genético predispone a padecerlas en algunos casos.

Es importante tener cuidado con los productos que nos venden en las farmacias para tratarlas. Así lo avisa en una entrevista con Infosalus el odontólogo del Hospital de Torrevieja (Alicante), el doctor Ernesto José Ríos, quien explica que las aftas o llagas, que son lo mismo, son alteraciones de la capa externa del epitelio de la mucosa oral.

Según indica, pueden producirse por múltiples causas: un traumatismo, como una mordedura, un golpe o un roce por ejemplo; una quemadura por tomar un alimento muy caliente o por un ácido; pueden ser de origen infeccioso, especialmente en personas inmunodeprimidas; y las más comunes son de origen autoinmune.

"El afta es una herida en la mucosa oral, la cual tiene varias capas. Surgen cuando se rompe la capa externa o superficial, que está compuesta de queratinocitos, y es la responsable de protegernos frente a agentes externos. Cuando se rompe esa capa externa queda expuesto el estrato basal y/o el tejido conectivo de abajo, que sí que es sensible y duele, pudiendo infectarse y ulcerarse. Ésta es la llaga", agrega.

Cuidado con los productos de farmacia

En realidad, según subraya el doctor Ríos, las aftas son una herida y, como tal, hay que curarla con productos para protegerla y evitar que se infecte si es grande. "Si es pequeña (menor de 5 mm) no suele hacer falta", precisa.

Eso sí, el odontólogo llama la atención sobre los productos que se venden en la farmacia para tratar las llagas, subrayando que no todos valen, aunque sí estén indicados para ello. A su juicio, el más aconsejable es el colutorio de clorexhidina como desinfectante y los geles bioadhesivos protectores de la mucosa que crean películas sobre la herida protegiéndola (del mismo modo que se hace en la piel cuando usamos un apósito), y además incluyen cicatrizantes como el ácido hialurónico, aloe vera, o el citosan, entre otros.

"Hay una tendencia a ofrecer corticoides directamente para tratar las aftas pero, si en la boca hay micosis por cándida, por ejemplo, ésta puede empeorar con el tratamiento de corticoides. Antes de prescribir este tratamiento hay que estar seguro de que el paciente es inmunocompetente, o en su caso, hay que hacer un cultivo", advierte, recordando los palitos de plástico, con una especie de caramelo, que nos daban de pequeños para las llagas.

Además, indica que hay que tener cuidado también porque hay muchos productos para aftas que son ácidos o alcalinos, y al aplicarlos queman la herida, dejando de doler porque destruyen las terminaciones nerviosas (y todo lo demás), pero aumentan el riesgo de sobreinfección. A su vez, sostiene que también pueden aumentar la herida, y si ésta se tenía que curar en unos 5-7 días, ahora tardará más y habrá que aguantarla hasta las dos semanas.

"Luego también se siguen vendiendo otros antiguos remedios que, aunque parezca mentira, son cloro en polvo. ¿Te lavarías la boca con lejía? ¿Y con agua oxigenada concentrada como contienen algunos productos?", llama la atención el especialista.

Consejos para sobrellevarlas

En su opinión, lo recomendable es comprar colutorios siempre sin alcohol, y preferentemente con cicatrizantes o antisépticos como el aloe vera, el citosan, el hialuronato o la clorhexidina, y que además lleven en su fórmula algún vehículo bioadhesivo. A su vez, indica que no hay que utilizar colutorios con alcohol, ya que queman la herida (y también la mucosa sana) y entonces ésta se puede hacer más grande y se retrasa de la curación.

El médico del Hospital de Torrevieja subraya también que es importante tener la boca y, en su caso, las aftas lubricadas. "Hay personas que tienen menos saliva, entonces es más fácil que les aparezcan más llagas al morder la zona, o simplemente, del mismo roce al masticar, especialmente si tienen cúspides o bordes excesivamente afilados, caries cavitadas, portan ortodoncia o prótesis dentales, por ejemplo.

Con todo, concluye que para prevenirlas la mejor forma es estudiar cuál es la razón de su origen, qué es lo que las provoca. Por ejemplo, si nos salen porque nos mordemos al dormir o al estudiar, tal vez es conveniente ponernos una férula, por ejemplo, o investigar aquellos alimentos que no nos sientan bien y nos pueden producir alergia o intolerancia.

Como apunte final, además, agrega que la vitamina E está de moda como protector de las mucosas, y señala que, tomada en cápsulas durante 15-20 días máximo (no se debe tomar más tiempo sin descansar), por ejemplo, ayuda a que se salgan aftas con menos frecuencia.