Si en 2014 cerca de 2.500 personas morían por atragantamiento en España, actualmente se calcula que esta cifra está cercana a la mitad, según el Instituto Nacional de Estadística. Tanto en Estados Unidos como en la mayoría de países desarrollados se ha convertido en una de las principales causas de muerte de menores de 4 años.

En Ibias (Asturias) permanece en la retina el caso de la niña de año y medio de edad que falleció por un grano de maíz en 2013. Desgraciadamente, a menudo sale publicada una noticia por motivos similares. Y, a veces, se presenta una alegría, como hace dos meses por las calles de San Fernando (Cádiz). Una mujer se percató de que su hija se estaba ahogando y empezó a levantarla dando gritos. Intentaba ayudarla sin saber cómo. Suerte que a pocos metros un policía, fuera de servicio, lo vio, se acercó y le aplicó a la niña una técnica de primeros auxilios. En menos de 10 segundos se normalizó la situación.

Es evidente la importancia de saber cómo identificar una obstrucción parcial o total y, por supuesto, cómo se debe actuar en estos casos, ya que la muerte por esta razón podría evitarse de forma sencilla y eficaz. Dicho lo cual, cada vez existe más consciencia social. Concretamente, los médicos del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, Juan Casado y Raquel Jiménez, han confeccionado una "Guía práctica de primeros auxilios para padres" realmente completa, cuyo primer capítulo, de los veintiuno existentes (parada cardiorrespiratoria, fiebre, sarpullido?), está enfocado al atragantamiento.

Al final, la información que hay que dominar para saber reaccionar a tiempo es mínima y los resultados pueden ser enormes. Cierto es que los factores de riesgo, en los más pequeños, aumentan por no ser autónomos. De ahí que cobre vital importancia vigilar los juguetes dentro del hogar y cuidar hasta el mínimo detalle en las comidas. Y es que educar para alimentarse bien no es baladí. Mónica Moll, nutricionista del Instituto de Salud Integrativa y Consciente de Barcelona, aporta su visión: "Es difícil que nos atragantemos si comemos de manera consciente, a no ser que tengamos una patología.

Estar tranquilos, sentados en la mesa, es un buen arranque. Clave comer despacio y masticar bien. Se aconseja hacerlo unas 25 veces cada vez, a pesar de que depende del alimento, realizando mordiscos pequeños. Y lo fundamental, saborear cada bocado con los 5 sentidos: vista, olfato (sólo con mirarlo y olerlo, se empiezan a segregar enzimas digestivas), sabor, textura y escuchar el ruido". Igual que el mindfulness se está abriendo paso para lograr la atención plena, avanza el mindful eating.

Gracias a la toma de consciencia con nuestro cuerpo y los alimentos, miles de personas en el mundo evitan episodios de asfixia. Es importante recordar que, manteniendo la calma, debe llamar a una ambulancia al percibir una asfixia total. Suerte, en la mayoría de los casos, actuar según el protocolo garantiza el éxito.