Concienciarse sobre la importancia de tener unos hábitos de vida saludables es fundamental: gracias al aumento de información en este área, cada día más personas se suman a estos buenos propósitos y deciden llevar una dieta variada y equilibrada y comenzar a practicar ejercicio físico de forma regular. No obstante, hay que ser realistas con nuestras capacidades y no querer abarcar más de lo que nuestro cuerpo puede aguantar. Uno de los deportes más practicados en nuestro país, y por los que la gente opta más para comenzar su "nueva vida sana", es el running.

La fiebre runner mueve a unos cuatro millones de personas en España y sus beneficios son casi infinitos: liberación del estrés, pérdida de peso, huesos y articulaciones más fuertes, bienestar emocional... Sin embargo, también hay que tener presente ciertos riesgos y peligros; y es que 157 personas murieron de forma súbita en el año 2016 mientras practicaban algún deporte.

La falta de preparación, la existencia de alguna patología oculta o el sobre esfuerzo son solo algunas de las causas que pueden llevar a este punto, que, por suerte, no suele ser habitual. Una persona que conoce bien los problemas que puede acarrear el "running desmedido", es el Dr. Francisco Clemente, especialista en Medicina de la Educación Física y del Deporte en Alicante, quien considera que con el auge de las maratones y las carreras populares "hay muchas personas que confunden estar en forma con estar entrenados". Y explica algunos de estos riesgos y cómo evitarlos a continuación.

1) Muerte súbita

La consecuencia más extrema de salir a correr sin ningún control. Es la más improbable pero no imposible, y suele ocurrir cuando uno supera con creces la capacidad de esfuerzo de su propio organismo. Muchas veces se debe a factores constitucionales que no se ponen de manifiesto hasta que se exige demasiado al cuerpo, aumentando de manera excesiva la intensidad del ejercicio sin consultarlo con ningún experto. Por tanto, es importante no mezclar "forma física" con "preparación específica"; se puede estar en forma y llevar un ritmo aceptable cuando se sale a correr, pero no estar preparado específicamente, por ejemplo, para aguantar una prueba de larga duración.

2) Deshidratación y fallos en el sistema termorregulador

A veces no se le da mucha importancia a los pequeños mareos, a los dolores de la cabeza o a la dificultad respiratoria al practicar running, sin embargo puede acabar en desvanecimiento. Si la hidratación no es correcta antes, durante y después de la práctica, el sistema termorregulador dejará de funcionar bien y paulatinamente se irán notando las consecuencias; lo que significa que algo no se ha hecho de manera adecuada.

3) Fatiga

Puede darse durante y después del esfuerzo físico. Puede que muchas veces hayas superado el objetivo que te habías marcado sintiendo una gran fatiga y un cansancio extremo que, o bien te ha impedido finalizar la carrera o bien, posteriormente, te ha dificultado seguir tu vida con normalidad. Las 4 horas siguientes a la práctica deportiva son conocidas como el "periodo crítico", y si la persona no estaba preparada para afrontarla pueden aparecer problemas graduales, de leves a graves, a posteriori. Según el Dr. Clemente muchas personas "se desmayan a las 4 horas de haber terminado de correr y no entienden por qué", de ahí la importancia de estar bien entrenados y asesorados por un técnico y un médico.

4) Problemas en el aparato locomotor

Igual que en la medida adecuada el running refuerza el sistema locomotor; pasarse y practicarlo de forma incorrecta puede llevar a patologías como tendinitis, contracturas, calambres, problemas de rodilla, esguinces, etc. ¿Qué se puede hacer? Para evitar todos estos problemas, en primer lugar se debe entrenar gradualmente, cada uno a su ritmo y nivel, y asesorarse previamente. Si lo que se desea es superar una prueba, hay que preparar un entrenamiento específico con un técnico y tener presente que no es lo mismo correr que andar, ya que se cuadruplica el gasto energético y el impacto en nuestro organismo. Es importarse no "motivarse demasiado"; a veces al salir a correr en compañía o apuntarnos a una maratón pretendemos seguir el ritmo de la persona de al lado, que puede que tenga mucho más nivel y preparación que nosotros. Y por último, es de vital importancia asegurarse de que estamos totalmente sanos. Y para ello, lo mejor es una mínima valoración médica por parte de un especialista, ya que podemos tener un problema de salud oculto que deberíamos tener en cuenta.