Algo más de la mitad (58%) de los padres con niños menores de 10 años los lleva al pediatra más de lo que sería necesario, ya que en ocasiones van por problemas relacionados con su salud que podrían resolver por su cuenta, mientras que un 12% va menos de lo que sería prudente.

Así se desprende de los resultados de un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) con casi 1.900 participantes con el que buscaban evaluar cómo es el cuidado de la salud de los niños en España y el grado de autonomía de los padres en determinadas situaciones.

Aparte de las consultas programadas, lo normal es que los padres acudan con su hijo al pediatra entre una y tres veces al año, según asegura el 40% de los encuestados, mientras que un 20% adicional dice ir más de 4 veces. Frente a esta situación, un 40% va sólo cuando hay una consulta programada.

Asimismo, el 61% de los encuestados declaró no haber llevado a su hijo a urgencias en los últimos 12 meses, el 32% fue entre 1 y 3 veces y sólo el 7% tuvo que llevarlo 4 veces o más.

¿Cuándo es necesario llevar a nuestro hijos al pediatra y cuándo no?

Para evaluar si estas visitas al pediatra resultaban adecuadas, definieron una serie casos con la ayuda de los pediatras para ver si no era necesario ir al médico o, en cambio, sería conveniente visitarlo.

De este modo, ante un caso de fiebre de corta duración, a partir de 38 grados, sólo uno o dos días, el 75% de los padres acude al médico aunque no sería necesario mientras que, en el caso de una diarrea leve, de 2-3 veces durante un día, la mitad (49%) de encuestados iba al pediatra pese a que, según los pediatras, podrían gestionar la situación por ellos mismos.

Asimismo, vieron que en otras situaciones en las que sí es conveniente ir al médico, la mayoría de padres piden cita con el pediatra, como en caso de vómitos persistentes (93% van al pediatra), dolor de oídos (92%), sarpullidos y picores (86%) o tos con expectoración purulenta (73%).

Además, el estudio de OCU refleja que en algunos casos los padres medican al niño con fármacos no prescritos por el médico, algo que sucede sobre todo con los antipiréticos (82%), los analgésicos (70%), los antiinflamatorios (37%) o los antibióticos (4%).

En cuanto a las vacunas, el 98% de los padres encuestados sigue el calendario de vacunación de sus hijos, frente a sólo un 2% que no lo hace, aduciendo diferentes motivos como que las vacunas contienen toxinas o que han decidido retrasar su aplicación.

Las madres, más implicadas en la toma de decisiones

Por otro lado, el estudio muestra como en la mayoría de casos (59%) las decisiones sobre temas de salud del hijo las toman por igual el padre y la madre. No obstante, en un 40% de los casos las toma sobre todo la madre y solo en el 1% restante la decisión principal corresponde al padre.

Además, han visto que el 92% de los padres encuestados llevaba a su hijo a pediatra mientras que un 6% lo lleva a un médico de familia y un 2% a otro especialista. Y sólo el 10% acude a profesionales de la sanidad privada, frente al 90% que prefiere la pública.

Preguntados por su satisfacción con el sistema, lo más valorado es la competencia de los médicos, con una puntuación de 80 sobre 100, seguido de la facilidad para conseguir cita urgente (75), una cita normal (73), el tiempo de espera (59) o la disponibilidad fuera de consulta (50).

De igual modo, el 47% de los padres busca información en Internet sobre los síntomas que presentan sus hijos, pero en el 62% de los casos la influencia de dicha información en sus decisiones es limitada.

Además, el 81% de los niños entre 0 y 3 años no ha ido nunca al dentista, una cifra que baja al 46% entre los 3 y 6 años. A partir de esta edad, sólo un 7% no había ido a este especialista.