Una directiva europea establece que los países miembros deben tener diseñados sistemas para la recogida de medicamentos caducados o no utilizados de los domicilios. Pero cada país lo hace de forma diferente, y España actualmente es pionera a nivel europeo. En concreto, lo gestiona SIGRE, una entidad sin ánimo de lucro creada para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico.

En una entrevista con Infosalus, su director general, Juan Carlos Mampaso explica cuál es el proceso. "En primer lugar son sólo las farmacias las encargadas de recoger todos los residuos depositados en los puntos SIGRE situados únicamente en estos establecimientos. Además, las almacenan en sus instalaciones, donde a continuación son recogidos por gestores autorizados para su transporte. Todos ellos se trasladan a una planta de tratamiento de envases y residuos de medicamentos, que se encuentra en Tudela de Duero (Valladolid)", explica.

Allí, Mampaso señala que se separan y clasifican los envases y los residuos de medicamentos, obteniendo 3 grupos diferenciados de fracciones que requieren de un tratamiento medioambiental específico: los materiales de los envases, que una vez descontaminados son enviados a empresas recicladoras; los residuos de los medicamentos no peligrosos, que se destinan a producir energía eléctrica o a procesos industriales mediante valorización energética; los residuos de los medicamentos catalogados como peligrosos, que se entregan a gestores especializados para su eliminación.

A su juicio, hay dos motivos por los que es muy importante llevar los medicamentos al punto SIGRE de las farmacias. "En primer lugar por la causa medioambiental, ya que tirarlos a la basura o vaciarlos por el inodoro o el lavabo daña al medio ambiente. Pueden contaminar, sobre todo si van por la red de saneamiento, ya que las depuradoras no son capaces de depurar esas aguas con medicamentos. Entonces los encontramos en los ríos, mares, o en el agua riego, por ejemplo", subraya. Asimismo, el segundo motivo dice que se corresponde con "el uso responsable del medicamento", ya que a la larga es bueno para nuestra salud.

Dudas más frecuentes

Pero, ¿qué se debe llevar al punto SIGRE? Medicamentos caducados, medicamentos que no necesites, cajas de medicamentos, y envases vacíos o con restos. "Todos los medicamentos deben ir al Punto SIGRE, cualquiera que sea su tipo o presentación (pastillas, jarabes, pomadas, grageas, por ejemplo). También los envases vacíos, porque al haber estado en contacto con el medicamento, pueden contener partículas adheridas", señala.

Además, dice que es necesario depositar tanto la caja como el envase, ya que todo material que haya estado en contacto con medicamentos debe gestionarse de manera específica. "Esto incluye la caja de cartón, los envases de medicamentos, y los prospectos", precisan desde SIGRE, a la vez que precisa que, además, la caja facilita la identificación del residuo del medicamento en el proceso de selección y clasificación, ya que en función de la tipología del medicamento se le aplica un tratamiento medioambiental diferente.

En cambio, desde SIGRE advierten de que no se pueden tirar radiografías, gafas, gasas, termómetros, y material de cura, ni tampoco otro tipo de material sanitario como prótesis, agujas u objetos punzo-cortantes, los cuales deben depositarse, por lo general, en los puntos limpios o en los ecoparques municipales.

"Se recogen todo tipo de medicamentos y se pide al ciudadano también que lleven no sólo el resto de medicamento, sino también el envase vacío, al acabar la medicación. En los jarabes también se piden las jeringas, por ejemplo. Para ello muchas veces también es necesario revisar el botiquín de casa y ver cuáles son los medicamentos que no se van a volver a utilizar o bien están caducados", precisa Mampaso.

Finalmente, SIGRE no obtiene beneficios económicos por esta acción. "Por Ley, SIGRE es una entidad sin ánimo de lucro. Además, la recogida y gestión de envases y residuos de medicamentos genera costes, no beneficios. Dichos costes son sufragados en su totalidad por los laboratorios adheridos a SIGRE mediante una cuota de financiación por cada envase de venta que comercializan en el mercado español a través de oficina de farmacia o cuyo consumo tenga lugar en los domicilios particulares", explican desde la entidad sin ánimo de lucro.