El 8 de julio es una fecha que pretende erigirse en el día en el que hasta el más común de los mortales aparcará su teléfono móvil durante 24 horas. La iniciativa, que se inició el pasado año, ya tuvo centenares de seguidores que secundaron esta curiosa forma de protestar contra el absoluto poder que los teléfonos móviles ejercen sobre las personas.

Y no estamos descubriendo nada nuevo. Basta con mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que ese apéndice de nuestro cuerpo llamado ‘teléfono móvil’ empieza a ser casi una adicción -si no lo es ya-. Reuniones de trabajo, comidas en grupo, eventos deportivos… Incluso mirar la televisión lo hacemos ya con el teléfono en nuestras manos. El fenómeno, que los ingleses -cómo no- se han apresurado en bautizar como phubbing, tiene ya incluso una apocalíptica página web que nos avisa del “fin de la humanidad” causado por los teléfonos móviles.

Sin llegar tan lejos, el movimiento bautizado como #DiaSinMovil-y sin tildes- y todos sus usuarios nos irán contando a lo largo de la jornada de este miércoles sus diferentes experiencias sin el móvil, usando dicho hashtag en la red social Twitter, e intentar concienciar a la parroquia sobre lo perjudicial que puede llegar a ser este dispositivo para las relaciones personales.

Por lo pronto, y más allá de estudios psicológicos que nos auguran un negro futuro en el que las relaciones personales serán un vago recuerdo, debido al WhatsApp, el Twitter y demás, un servidor se ha propuesto no usar el móvil durante 24 horas.

Pero ojo: que se trata de abandonar únicamente el móvil. El ordenador, el iPad y demás enseres tecnológicos son utilizables a lo largo de esta dura y aciaga jornada en la que desde el perfil de Twitter @UsuarioArraez os iré contando el minuto a minuto de semejante tortura. Todo sea por mejorar las “relaciones interpersonales” con mis semejantes.

Aunque no creo que a mi querida esposa le haga mucha gracia que me presente a nuestra romántica cita por la noche en el restaurante con el portátil bajo el brazo…