Las memorias USB pueden ser herramientas muy útiles para todo tipo de usuarios, y sin embargo, son uno de los dispositivos electrónicos que menos se cuidan y más se extravían. Para evitar la pérdida de datos potencialmente valiosos existen varias alternativas, desde la utilización de memorias USB encriptadas hasta la protección de los dispositivos con contraseña.

En los últimos años, entre los dispositivos electrónicos y las aplicaciones como las de mensajería es cada vez más frecuente la atención por la encriptación de archivos para mantener la seguridad y la privacidad. A esta tendencia se han sumado también las memorias USB, con el lanzamiento de varios modelos con 'hardware' encriptado.

Las memorias USB encriptadas utilizan mecanismos de encriptación de datos incluidos en el propio dispositivo, de manera que si se pierden o son robados, otras personas no pueden acceder a los archivos almacenados. Actualmente, empresas como Kingston, Toshiba e Integral fabrican dispositivos de este tipo.

Memorias con teclado incorporado

La primera de las alternativas de encriptación de las memorias USB externas es a través de un teclado incorporado en el mismo. Al comenzar a usar estos dispositivos, su propietario elige una contraseña de cuatro o más números que debe introducirse para poder utilizarlos en un ordenador.

El fabricante Kingston dispone de una memoria USB de este tipo, concretamente el modelo DataTraveler 2000. Ofrece una encriptación de datos en 256 bits basada en modo XTS, y a través del teclado alfanumérico es posible desbloquearlo, algo que indican las luces verde y roja del dispositivo.

Otras marcas también comercializan memorias con teclado, como sucede con la japonesa Toshiba y su 'Encrypted USB Flash Drive', así como otras marcas como Aegis. El precio de estos dispositivos ronda los 60 euros en las versiones de 4 GB de almacenamiento, y puede llegar a alcanzar los 200 euros en los modelos de hasta 32 y 64 GB.

Otras memorias USB encriptadas

Además de las memorias con teclado PIN, existen también otras modalidades de memorias externas encriptadas mediante 'hardware'. En este caso, se protegen a través de servicios como SafeConsole y IronKey EMS, presentes en varios modelos de la marca Kingston, como los DataTraveler VP 3.0 y 4000G2 o los IronKey D300 y S1000.

En estas memorias encriptadas también es posible establecer una contraseña, y gracias a las herramientas 'online' se puede monitorizar su actividad con límites geográficos para que no se utilicen desde fuera del país o de la ciudad de la empresa a los que pertenecen.

Además, otra de las funciones más interesantes de las memorias encriptadas pueden bloquearse a distancia en caso de que se pierdan o sean robadas. Para ello solamente es necesario emplear la herramienta de control disponible para cada tipo de 'hardware'.

El mayor inconveniente de estas memorias USB es que por su coste están principalmente dirigidas a empresas e instituciones. Los precios varían en función de la marca, desde los modelos de 4GB de Integral o Kingston por unos 25 euros hasta los 700 euros que llegan a alcanzar las gamas más altas y con hasta 128 GB de capacidad de Kingston IronKey S1000.

Añadir contraseña a una memoria USB convencional

Como alternativa más económica a adquirir memorias USB con 'hardware' encriptado, resulta posible también proteger los 'pendrive' convencionales con contraseña de acceso para proteger los datos almacenados.

Desde ordenadores con sistema operativo Windows, esta encriptación se lleva a cabo desde la herramienta BitLocker, que formaba parte del paquete de 'software' del sistema en sus versiones Vista y 7 y que puede descargarse. Desde la carpeta de equipo, es posible hacer clic en el botón derecho sobre la memoria USB en cuestión y activar el programa.

Una vez iniciado el programa, simplemente es necesario seleccionar la opción de 'Utilizar una contraseña para desbloquear la unidad', permitiendo introducir una clave personalizada que puede guardarse posteriormente en un archivo, en la cuenta Microsoft o imprimirse. También puede escogerse entre una opción de cifrado completo y otra que bloquea solo el espacio utilizado.

En el caso de los ordenadores de Apple, no es necesario utilizar ningún 'software' ya que la encriptación puede realizarse desde el propio sistema, pulsando en opciones sobre la memoria USB, permitiendo luego introducirse una contraseña y elegir los sistemas operativos con los que sea compatible la unidad.