La preparación ya es historia para la selección española. Con un balance inmaculado durante la Ruta Ñ 2014, los chicos de Juan Antonio Orenga abrirán fuego contra la selección de Irán el sábado a las 22 horas en Granada. En ese momento, de nada servirán las ocho victorias en los amistosos previos ni las exhibiciones mostradas anteriormente. Darán confianza, sí, pero no otorgarán a España ningún punto adicional en su marcador.

Sin embargo, la trayectoria de España hasta hoy es perfecta. Se han enfrentado a rivales duros -Turquía, Croacia y Argentina-, a equipos en crecimiento -Canadá y Ucrania- y a selecciones que estarán en la Copa del Mundo -Angola y Senegal- con un denominador común: en todos han cumplido con nota.

El poderío interior de la selección es incuestionable. El último estertor internacional de Pau Gasol unido a la mejor versión de su hermano Marc, a la superioridad de Serge Ibaka y a la garra de Felipe Reyes hacen que la selección se pueda sentir orgullosa de tener el mejor juego interior de esta edición de la Copa del Mundo.

Por fuera preocupa la posición de alero. Rudy Fernández ha estado lesionado durante la mayor parte de la preparación y Abrines es una incógnita; solo Claver queda como una opción de confianza para España si el seleccionador Orenga tiene que desistir de jugar con tres jugadores pequeños en el perímetro.

El puesto de escolta solo tiene un nombre: Juan Carlos Navarro. El incombustible jugador se ha mostrado afinado durante la preparación y afronta, al igual que Pau, la que puede ser su última gran cita internacional. Sergio Llull, el otro escolta, ha sido como un comodín para Orenga, pues lo ha utilizado como un alero bajo para darle mordiente defensiva a su línea exterior.

A los mandos estará Ricky Rubio, que forma un bloque excepcional con el ´Chacho´ Rodríguez y con José Manuel Calderón, siendo tres tipos de bases muy diferenciados que permitirán a Orenga variar el modo de juego conforme la situación lo requiera. Un lujo para cualquier seleccionador.

Ocho partidos separan a España de la gloria mundial. El objetivo, y más con las renuncias de las grandes estrellas americanas, es ganar la Copa del Mundo en España, una forma perfecta de que Pau Gasol se pueda resarcir de aquel fatídico tiro fallado ante Rusia en el Europeo de 2007. El reto es mayúsculo; la recompensa, también.