El Mundial 2014 ya ha empezado para la selección española. Y lo ha hecho de la mejor manera posible: una victoria holgada que aumente la confianza y sobre la que poder seguir ajustando detalles de cara a los partidos más decisivos. Las bajas de Felipe Reyes y Serge Ibaka dejaron a la selección con solo dos interiores para el debut, con lo que pudimos ver a los hermanos Gasol coincidir en la pista durante muchos minutos. El cinco inicial elegido por Orenga fue acorde a lo visto durante toda la preparación: Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro, Sergio Llull y los hermanos Gasol.

Desde el comienzo se vio la inmensa diferencia entre ambas selecciones, aunque el combinado iraní no se amilanó y nunca se dio por vencido. España, ante la fragilidad iraní en la pintura, cargó el juego sobre un Pau Gasol que ejerció de estilete ofensivo y acabó con 33 puntos y se fue hasta los 34 de valoración. Imparable para un Hamed Hadaddi que, pese a todo, acabó el encuentro con unos respetables 16 tantos y 15 rebotes.

España siguió apretando tras el primer cuarto y a la llegada a los vestuarios tenía el choque totalmente controlado. La determinación española hizo que continuaran concentrados en el choque y no levantaran el pie del acelerador, conscientes de que el encuentro de ayer era una primera toma de contacto sobre la que trabajar de cara a los partidos más complicados del grupo español.

La Copa del Mundo no para y España se enfrenta hoy a Egipto en un partido que seguirá la tónica del disputado ayer: cuarenta minutos de probaturas para seguir buscando la llave que abra el cofre que guarda el tesoro más preciado para la generación dorada del baloncesto español.