Los New York Knicks no levantan cabeza en la NBA. Pese a un prometedor comienzo de temporada, el equipo de Carmelo Anthony y Porzingis ha entrado desde Navidad en una crisis de resultados que le ha sacado de puestos de 'play-off' y, como es habitual en 'La Gran Manzana', las salidas de tono de sus estrellas empiezan a ser más noticia que sus buenas actuaciones sobre la cancha.

El último que ha dado la nota ha sido Derrick Rose. El que fuera MVP de la NBA, llegado a los Knicks este verano procedente de los Chicago Bulls a cambio de José Calderón, dejó plantado al equipo y no se presentó al partido del lunes por la noche frente a los New Orleans Pelicans, que los neoyorquinos perdieron por 96-110. No solo eso, sino que no dio señales de vida a ningún miembro de la organización de los Knicks hasta pasado el partido.

Ni su entrenador, ni sus compañeros, ni los directivos ni nadie en Nueva York sabían el motivo de la ausencia de Rose, que en los últimos partidos había visto como su rol en el equipo disminuía, llegando a ser sentado en el banquillo los últimos minutos de un partido con todo en juego ante los Milwaukee Bucks.

Las especulaciones sobre su inesperada ausencia no se hicieron esperar, y fueron desde que estaba boicoteando al entrenador Jeff Hornacek por sus últimos desencuentros, hasta que había regresado a Chicago porque echaba de menos a su hijo de cuatro años, que aún reside allí. Finalmente, el culebrón finalizó en la tarde del martes, cuando el jugador se presentó al entrenamiento programado por el equipo. Los Knicks anunciaron que el base será multado, pero que ya se ha reincorporado y que jugará el miércoles contra los Philadelphia 76ers de Sergio Rodríguez.

Malos momentos para el que fuera mega estrella de la NBA, que este verano además tuvo que afrontar un juicio por una supuesta violación.