Un mero trámite. En eso se convirtió el partido ante Rumanía en La Fonteta visto el nivel del rival, que llegaba también con bajas importantes y que nunca pudo inquietar a una selección española que, pese a su derrota del sábado ante Israel, ya está matemáticamente clasificada para el próximo Eurobasket de 2022 tras su victoria de este lunes por 94-41.

Los de Scariolo, con la novedad de Barreiro en lugar de Bassas, quisieron marcar terreno desde el primer minuto y, con un parcial de 7-0, mostraron el camino a seguir el resto del encuentro.

Tres minutos y medio tardó en anotar Rumanía, con un 2-1 de Giordan Watson. Un mero espejismo en un primer cuarto en el que los de Scariolo, de la mano de Tyson en la pintura y los triples de Brizuela, se escaparon hasta el 27-12 que dejaba ya encarrillado el partido.

El taronja Quino Colom, gran protagonista ofensivo en el partido ante Israel, salió a falta de 2:19 para terminar el cuarto y tuvo continuidad en el segundo, para irse al descanso con siete minutos sobre la pista, 2 puntos, un rebote y tres asistencias, al margen de llevarse alguna indicación de Scariolo por su labor defensiva, donde tuvo problemas para frenar a su par.

Con el partido roto por completo y con el billete para el Eurobasket en el bolsillo a falta de que se llegara al minuto 40, España fue haciendo más grande la brecha ante una Rumanía que acabó desquiciada, sin anotar un solo triple en la primera parte a pesar de sus doce lanzamientos desde más allá de la línea de 6,75.

El 45-21 al descanso hablaba por sí solo. España corría el riesgo de relajarse tras el descanso y así fue, aunque siempre con una ventaja suficiente como para no temer por el partido. El escueto 13-12 del tercer cuarto refleja esa bajada de intensidad de los de Scariolo, quien a pesar de tener el partido en el bolsillo, seguía abroncando a los suyos cuando hacían una mala defensa. «No puedes defender a metro y medio», se le escuchó decir a Brizuela en una Fonteta sin público. Una muestra de la exigencia del italiano a pesar de la debilidad del rival y de no haber ya nada en juego con la victoria asegurada.

Con 58-33 acabó el tercer cuarto y Quino Colom supo aprovechar el último para mejorar sus estadísticas antes de que Scariolo le dejara en el banquillo a falta de cinco minutos y medio. El andorrano se sentó entre los aplausos del cuerpo técnico de la selección después de encadenar siete puntos consecutivos y acabar con once en su casillero, a los que sumó tres rebotes, cuatro asistencias y 12 de valoración en 16 minutos de juego.

De ahí hasta el final del partido,una España más inspirada aumentó la diferencia con el paso de los minutos hasta llegar al definitivo 94-41, entre los aplausos de los pocos asistentes de tribuna y la desesperación del banquillo rumano, que vio cómo la diferencia se iba más allá de los 50 puntos y les costaba pasar la barrera de los 40 puntos (94-41).

El objetivo de clasificarse para el Eurobasket estaba conseguido a pesar de haber perdido contra Polonia e Israel, gracias a los dos triunfos ante Rumanía, como visitantes primero y de locales después, ya que se clasifican tres equipos de cada grupo.

La ventana FIBA de València sirvió también para que Quino volviera a competir en su búsqueda de una salida del Valencia BC, tal y como reconoció Scariolo al no contar para Ponsarnau.