Frenéticas fueron las últimas horas de mercado en la NBA. Pero si hay un club que fue el protagonista de este, fue Brooklyn Nets. Después de traspasar a Kyrie Irving a los Dallas Mavericks, la franquicia neoyorquina decidió finalizar el proyecto deportivo y enviar a Kevin Durant, su ahora ex gran estrella, y a TJ Warren a los Phoenix Suns a cambio de Cameron Johnson, Mikal Bridges, Jae Crowder, cuatro primeras rondas del draft y una compensación adicional en este.

Una operación que confirma el fracaso deportivo de los Nets apenas 4 años después de firmar a Kevin Durant e Irving e incorporar más tarde a James Harden para formar un Big Three que aterrorizara a la liga, pero que jamás llegó a funcionar. Tras la salida de 'La Barba' el año pasado a Philadelphia a cambio de Ben Simmons (otro pufo, de momento), parecía que en el estado de Nueva York seguían con su ambicioso proyecto, pero esta semana se demostró que no ha sido así.

Harden, Durant e Irving, imagen de archivo. NBA

¿Qué ha fallado en los Nets?

Después de tener a semejantes jugadores de tanto calibre juntos en un mismo equipo, el aficionado se preguntará qué ha podido pasar en la franquicia para que no haya funcionado. Vamos con ello. En primer lugar, vamos con Irving y Durant.

Ambos firmaron por Brooklyn la temporada 19/20 y aunque el alero estaba lesionado del tendón de Aquiles, toda la liga quedó impresionada por el gran movimiento en el mercado. Sin embargo, esas incorporaciones tenían un 'pero': la mentalidad de cada jugador, la 'cabecita' de cada uno de ellos. Me explico.

Kyrie Irving y Kevin Durant son dos de los jugadores más talentosos de la liga. Uno con un control del balón y capacidad anotadora innata y otro capaz de meter canastas desde cualquier posición y ante cual defensor. No obstante, ambos se han visto envueltos en varias polémicas, el base, el que más.

Un Irving desnortado

Irving durante un partido con los Nets BROOKLYN NETS

Desde que saliera de los Cleveland Cavaliers en 2017 para no compartir protagonismo con LeBron James, Irving ha ido 'incendiando' la liga allí por donde iba. A pesar de que firmó con los Celtics y aseguró que renovaría con ellos, finalmente se fue de Boston tras dos temporadas sin pena ni gloria en un equipazo que contaba con Jaylen Brown y Jayson Tatum. Después de la muerte de su abuelo, en cuyo funeral no pudo estar por temas deportivos, quería estar cerca de casa y se fue a Brooklyn.

Eso sí, en su vuelta a Boston se encargó de hacer peinetas a los aficionados y pisotear el logo del pabellón después de una victoria en el estado de Massachussets. En 2019, firmó por los Nets, y aunque todo parecía muy ilusionante allí, otra vez, se torció todo.

A las teorías sobre si la tierra es plana o no, se le sumó la polémica decisión de no querer vacunarse, lo que le mantuvo gran parte de la temporada pasada fuera de los terrenos de juego o jugando solo los partidos fuera de casa. Pero el colmo llegó cuando se le acusó de antisemita este curso, tras darle 'like' a una publicación de ese cariz.

El jugador se negó a pedir perdón, la NBA lo sancionó varios partidos, Nike rompió con él... Hasta que el jugador deslizó una pequeña disculpa y pudo volver a jugar. Y justo cuando estaba en su mejor versión, pidió el traspaso la semana pasada, eliminando su disculpa a la comunidad judía en redes sociales. Un experimento explosivo en Brooklyn.

La unión con Kevin Durant y James Harden no funcionó

Kevin Durant machaca el aro. Peter Foley/EFE

Todo lo contrario con Kevin Durant. Aunque su calidad estaba fuera de toda duda, al alero siempre se le ha reprochado su mentalidad y su resistencia a las críticas en las redes sociales (se hizo cuentas falsas para responder a sus haters). Pero nada de eso. De hecho, ha sido el jugador más comprometido, con mejor rendimiento y eficaz en los Nets. Sin embargo, ante el desmantelamiento del Big Three, lo traspasaron a los Phoenix Suns antes del cierre de mercado.

James Harden después de anotar una canasta REUTERS

James Harden fue la última pieza de los tres en llegar, pero el primero en salir. Aunque nunca funcionaron los tres en la cancha, sus diferencias con, cómo no, Kyrie Irving, terminaron con una petición de traspaso que acabó con su marcha a los 76ers a cambio de Ben Simmons, que tampoco funciona en los Nets.

Con este historial es complicado pensar que un equipo pueda optar al anillo, lo que confirma otro fracaso de Brooklyn a la hora de firmar otro Big Three, después del de Kevin Garnett, Paul Pierce y Jason Terry. Los Nets tendrán que seguir esperando para ganar el campeonato.