Convivimos con el dolor de espalda. Su origen estar en una mala postura, en un esfuerzo al coger peso, en la falta de ejercicio, en patologías de la columna o en patologías como la artritis o la osteoporosis.

Pero estas molestias, muy dolorosas e incapacitantes incluso, pueden tener otro origen: la forma en la que respiramos.

Te puede interesar: ¿Podemos evitar el dolor de espalda provocado por el teletrabajo?

El origen principal de estos dolores de espalda causados por la respiración es el diafragma. Este músculo que separa el tórax del abdomen no sólo está implicado en la respiración sino también en la estabilización de la columna.

Y es que está unido por delante con las últimas costillas del tórax, y por la parte de la espalda con la columna vertebral. En concreto, con las vértebras L1, L2 y L3.

Cuando respiramos el diafragma baja hacía abajo para dejar espacio a la expansión de los pulmones, y vuelve a subir cuando soltamos el aire. Y es en este punto donde aparecen los problemas.

Lo ideal es que cuando respiramos lo hagamos de forma completa, es decir, llenando de aire desde la zona abdominal «y que esa respiración no se corte ahí, sino que se complete con la respiración torácica», explica el doctor. Pero no siempre lo hacemos.

«Nadie es consciente de cómo respira, es una cuestión automática, y nadie es consciente del tipo de respiración que tiene».

Respiración abdominal = dolores lumbares

Por eso, «las personas que hacen una respiración abdominal y no llegan a expandir bien el tórax acaban teniendo dolores lumbares».

Esta forma de llenar nuestro cuerpo de aire es muy habitual entre personas con sobrepeso u obesidad, con una distensión abdominal.

Normalmente se trata de pacientes que tienen poco tono muscular en la zona abdominal y por ello tienden a hinchar la tripa cuando respiran.

Respiración torácica = dolores en las dorsales

Frente a estos pacientes están aquello cuya respiración se limita al tórax.

Se trata de una «respiración muy superficial, torácica, y ocurre lo contrario, que como no expanden bien los pulmones, tiran de la musculatura dorsal, provocando dolor en esta zona de la espalda», detalla el traumatólogo.

¿Qué provoca una respiración torácica? Pues es muy habitual en situaciones de estrés, que nos hacen tener respiraciones muy cortas, que no llegan a la parte abdominal.

¿Estoy respirando correctamente?

Como explica el doctor Lizón este tipo de dolores de espalda «están muy infradiagnosticados. La gente no es consciente de cómo respira y salvo que des con alguien que tenga muy en mente el tema de la respiración, el problema pasará completamente desapercibido. Salvo que un médico revise tus hábitos respiratorios».

Y el problema es que el dolor de espalda no va a desaparecer hasta que se comience a respirar de forma correcta y, también, se trabaje la musculatura. «Si no se hace, no atacas a la causa del dolor».

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de conocer cómo estamos respirando y así trabajar la forma de hacerlo bien?

«Los 3 tiempos siguientes los dedicaremos a rellenar la parte superior de la caja torácica«, y la mano ahí situada nos indicará que efectivamente, la zona torácica también se está llenando.

En resumen, hacernos conscientes de nuestra forma de trabajar puede ahorrarnos muchos dolores de espalda.