Parece imposible, pero de un agujero diminuto han rescatado a un niño en China. El pequeño de tres años estaba jugando cuando cayó en este pozo de 90 metros de profundidad.

Lo primero que ha hecho el equipo de rescate ha sido inyectar oxígeno para que pudiera respirar. Demasiado estrecho, solo podían intentar engancharlo con cuerdas y estirar. Muy complicado porque estaba completamente encajado.

Por suerte, tenía un brazo en posición vertical en el que le han enganchado las cuerdas. Su familia le habla para que se tranquilice.

Después de dos horas de sufrimiento y mucho cuidado, el niño, lleno de tierra y entre aplausos, ve la luz. Inmediatamente le trasladan al hospital donde han confirmado que, milagrosamente, todo ha quedado en un susto.