Cuando el buceador Josh Eccles se sumergió en las aguas de la costa de Júpiter, Florida, jamás pensó que se encontraría con una situación de lo más inusual. Un tiburón limón se acercó golpeando su cabeza contra él en numerosas ocasiones mientras otro compañero filmaba la escena. Su extraño comportamiento le hizo pensar que podía estar malherido y así era.

En uno de sus acercamientos, Eccles lo levantó por el morro para descubrir que tenía un anzuelo colgando de su vientre. El buceador experto dijo a ABC News estar acostumbrado a nadar entre tiburones limón -muy propios de la zona- y que estaba familiarizado con su comportamiento, por lo que lo que este espécimen hacía le parecía fuera de lo común.

Finalmente, y con mucha paciencia, consiguió quitarle el anzuelo que resultó ser de un tamaño considerable.

Los tiburones limón no suelen representar una amenaza para los humanos. Cazan de noche, por lo que la probabilidad de toparse con uno es bastante escasa. Sin embargo, los humanos sí suponen una amenaza para estos animales. Sus aletas se consideran un manjar en Asia y son utilizadas para la sopa de aleta de tiburón, tan preciada por los cocineros de la zona.

Según Huffington Post, el Grupo de Conservación WildAid estima que 73 millones de tiburones son cazados cada año por sus aletas. El comercio de estas se considera la causa principal para la espoblación de tiburones en todo el mundo.