Sam Ballard tenía tan solo 19 años cuando aceptó el reto de comerse una babosa, la cual le provocó una infección en el cerebro que hizo que se quedara tetrapléjico. A día de hoy, Ballard, de Sídney (Australia), tiene 27 años, lleva ocho en una silla de ruedas y el gobierno australiano ha recortado la prestación que recibe su familia para cuidarle.

La babosa, que se encontraba en el jardín de la casa de un amigo, estaba infectada por un parásito que le provocó una fatal reacción en el cerebro. El joven australiano enfermó rápidamente y estuvo 420 días en coma. Cuando despertó ya estaba tetrepléjico, según la prensa australiana.

Recorte de la ayuda

El Gobierno de Australia ha recortado las prestaciones a las personas con discapacidad en más de un 50%, lo que ha hecho que la familia no pueda asumir todos los gastos médicos. Así, ha pasado de recibir 490.000 dólares a 135.000 al año. Por eso, sus amigos han recaudado dinero para que Ballard pueda ser atendido las 24 horas del día, ya que tiene convulsiones y necesita ser alimentado a través de una sonda.

La madre del joven ha confesado que tenía la esperanza de que su hijo volviera a andar y a hablar con el tiempo, pero con el paso de los años ha perdido la esperanza.

Sam, que había sido jugador de rugby, se encuentra en una situación muy delicada y su familia está haciendo esfuerzos por recuperar parte de la ayuda del Gobierno australiano.