Mucho ojo con la cuarentena. Está comprobado como un coche estacionado durante un medio/largo plazo puede sufrir averías graves si no se han tomado previamente una serie de precauciones y se ha llevado como es debido el mantenimiento del vehículo.

No sabemos cuánto va a durar el confinamiento, por lo que es recomendable tomar una serie de medidas preventivas para que cuando finalice no tengamos que afrontar una costosa reparación del vehículo por estar parado demasiando tiempo. Estas son las siete medidas de prevención aconsejadas por Neomotor.

Revisar líquidos

Lo más recomendable hubiera sido llevar el coche al taller para revisar todos los líquidos y renovarlos junto con sus filtros antes del parón por COVID-19. De este modo evitamos que nos quedemos sin ellos por posibles fugas o evaporación, además de impedir la saturación de los filtros por la suciedad acumulada.

Mantener lleno el depósito, sobre todo si el coche es antiguo

Ante un largo periodo sin uso del automóvil, lo mejor es llenar el depósito por completo para evitar que se deteriore el interior del mismo. Aunque esto sucede en periodos mucho más largos y principalmente en coches antiguos con tanques de metal, siempre es mejor mantenerlo lleno.

Subir la presión de los neumáticos

Uno de los deterioros que antes y más se nota es la pérdida de aire en los neumáticos. Las ruedas de un vehículo parado se desinflan mucho más rápido que en uno en activo. Esto no sólo resulta peligroso cuando volvamos a coger el coche, sino que si se alarga mucho en el tiempo habrá que tirar los neumáticos porque se habrán deformado, e incluso puede llegar a deformar las llantas por el peso del propio coche. Aunque el confinamiento del coronavirus no va a dar para tanto, sí hubiera sido recomendable haber inflado los neumáticos a unos 2,8 bares de presión para prolongar lo máximo posible la pérdida de aire.

Desconectar la batería

Probablemente lo primero que fallará en el coche será la batería. Si ésta no se encuentra en un estado óptimo, en pocos días de inactividad puede agotarse por completo dejando inútil el coche. Ante esto lo más aconsejable es desconectarla.

Arrancarlo cada 10 días

Un aspecto básico para mantener el coche "vivo" es arrancarlo cada 10 días aproximadamente. Esto evitará que algunos componentes mecánicos se apelmacen y endurezcan. Lo ideal es incluso dar una pequeña vuelta aunque sea por dentro del garaje para lubricar todos los engranajes e impedir que se "oxiden" los componentes. Si no hemos desconectado la batería, poner el coche en marcha cada poco tiempo también evitará que se agote.

Enchufar los elementos eléctricos

Ya que tenemos en marcha el coche, lo mejor es activar los elementos electrónicos. El aire acondicionado, por ejemplo, se debe poner en marcha cada dos semanas para que siga siendo efectivo y no se acumule suciedad en las toberas -esta recomendación es en realidad para todo el año y aunque no se mantenga el coche parado-. A su vez, es bueno subir y bajar las ventanillas, mover los espejos retrovisores exteriores si son electrónicos, o regular los asientos y el volante si también son automáticos.

Limpiarlo y taparlo

Antes de dejar el coche parado, lo ideal es darle una buena lavada tanto por fuera como por dentro. De este modo evitaremos que el polvo penetre en las juntas, que manchas de resina o excrementos de ave se "coman" la pintura, o que el interior huela mal al dejar que se pudran algunos restos o que se creen humedades. El remate perfecto sería tapar el coche con una lona transpirable.