Aunque parece que todos los científicos del mundo están centrados en dar con la vacuna del coronavirus, lo cierto es que la vida sigue y muchos siguen con sus ojos puestos fuera de nuestro planeta. La sonda Dawn de la NASA ha descubierto un océano oculto en Ceres, un pequeño planeta dentro del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter y que, por lo tanto, forma parte de nuestro Sistema Solar. La sonda dejó de funcionar en el año 2018 cuando se quedó sin combustible, hasta entonces los científicos han estado cotejando los datos y ha sido ahora cuando han descubierto el hallazgo.

Ceres tenía unas manchas con gran brillo en su corteza que no eran otra cosa que carbonato de sodio, algo que se observa habitualmente en mares evaporados. Con solo 2 millones de años de antigüedad, estas cortezas de carbonato de sodio son el efecto de un proceso geológico que continúa en curso.

Sin embargo, ahora se ha descubierto una filtración de agua salada desde los 40 kilómetros de profundidad hasta la superficie del planeta enano, lo que demuestra que Ceres es un planeta oceánico.

El planeta enano, junto con dos lunas (Encelado y Europa) cuenta con océanos subsuperficiales y esto podría significar que podría albergar vida extraterrestre.