Dice la tradición en mi casa que todos los domingos por la noche se ve ´Aída´. Es una de esas tradiciones bien implantadas que forman parte de la memoria colectiva de ´aquella nuestra comunidad´ y ante la que es imposible luchar. Cuando empieza Bebe a recitar aquello de «harta de ir ´paca y payá´ con mis niños a cuestas y la casa colgando», acercarte aunque sea sigilosamente al mando a distancia supone poner en riesgo tu vida y tratar que alguna de tus hijas cambie de canal durante la publicidad para ver «cómo va el fútbol» es igual que mear contra el viento, que siempre terminas mojado. Se ve ´Aída´ y punto.

Pero algo ha cambiado en las noches de los domingos desde que ponen ´Sin Tetas No Hay Paraíso´. Ahora me dejan ´zapear´. Parece ser que el nuevo ´Duque´ no levanta las mismas pasiones que el de antes —cosa que no puedo decir de la ´Cata´—, así que el otro día me dio tiempo de ver la segunda parte del Deportivo-Villarreal. Los de Castellón estaban arrollando a los gallegos, que a duras penas veían pasar el balón entre Cazorla, Senna y Bruno. Como mis hijas se fueron para arriba y me dejaron solo, hasta pude escuchar a Robinson decir que si él fuera Lotina quitaría un delantero y metería un centrocampista. Y como si le hubiera escuchado, Lotina quitó a Lassad y metió a Valerón en el minuto 56. El Deportivo poco a poco se fue quitando de encima el dominio amarillo y con Valerón en el campo y el balón en sus pies, hasta paró por momentos el ritmo frenético de los de Valverde y poco a poco fueron pasando los minutos hasta que el Deportivo ganó un partido que debió empatar y que pudo perder. Y mientras mi hija mayor me gritaba para ver si subía a explicarle una cosa de Kant y Descartes, me di cuenta de que Lotina le metió mano al partido con sólo un cambio y sobre todo me di cuenta de que el entrenador del Deportivo le dio a su equipo lo que necesitaba en ese momento. Igual le llamo a Robinson para que también le envíe mensajitos al móvil a Emery...