Ardo en deseos por conocer tu opinión sobre el caso Isco». Con esto me levanté ayer sábado. Me lo decía @_adry_ en este nuevo invento del twitter del que no veo forma de desengancharme —a ver si en estas vacaciones soy capaz...—. Pues sí amigo, sí tengo una opinión formada sobre Isco y sobre lo que ha pasado, pero lo primero que pienso es que ya no es jugador del Valencia, y no es un dato cualquiera. Por lo menos para mí.

No me recrearé en la idea de que si ha pagado la cláusula significa que no quiere jugar en el Valencia porque su simpleza es tal, que es obvio que esconde reflexiones que merecerían mayor tratamiento y hoy no me da la gana de ser tan simple. Tampoco quiero preguntarme demasiadas veces si es cierto que el Málaga no le ha dado tanto como dicen y si eso quiere decir que no se va por dinero, porque ni he visto el contrato, ni lo quiero ver. Y porque tampoco he visto las ofertas de renovación que le hizo Valencia. Y tampoco las quiero ver —ojo, esto tiene trampa—.

Por eso, como me ha dicho Manuel Peris, de Sagunt, Isco se ha ido pagando seis millones que al Valencia le van a venir muy bien dada si situación económica. Por eso y porque ahora que la botella está llena gracias a Piatti, he cogido carrerilla y no pienso parar. No hace demasiado alguien me acusó de enamorarme de los canteranos del Valencia sin darse cuenta que posiblemente me estaba haciendo el mayor de los halagos al que puedo aspirar. Si ese es mi pecado, seré un pecador —de la pradera— para toda la vida, porque si quisiera vivir de placer me buscaba un amor de cantina... «M´enamorao de una pieza de pernil como Dios manda, y no corre pero anda, y es suficiente. M´equivocao, he dormido de este lao, ya se me pasa...».

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